ANHELOS

Cada noche nos abruma y nos pesa
mientras, un mar de mil azules besa
la playa , de fina arena, desierta
y aquella Palabra que cautivó
en luces, nuestra infantil fe primera,
arde en olvido y en olvido pena.

Es noche y la luna no sale ilesa
a un cielo con olor de primavera.
Nuestros pasos, torpes e inciertos,
buscan en el alba la quimera
que nos devuelva, plenos, a esa playa
donde El pasea, con la sonrisa amplia
y las manos, llagadas, abiertas.
                                    Pablo