sábado, 19 de enero de 2019

PALABRAS DE TECUMSEH


Tecumseh (1768-1813), líder nativo de América del Norte
Tecumseh, conocido también como Tecumtha o Tekamthi, fue un líder nativo de la América del Norte.
Perteneció al pueblo indígena shawnee. Se opuso a los Estados Unidos de América del Norte durante la llamada guerra de Tecumseh y la guerra anglo-estadounidense de 1812.
Nació en Scioto River (Ohio) en 1768 y, muerto en 1813, descansa en la isla Walpale (Canadá).
Según la historia y la leyenda, fue un hombre sabio, respetado y admirado incluso entre sus enemigos blancos.
Guarda en tu corazón estas memorables palabras de Tecumseh:
Vive la vida de modo que el temor de la muerte no pueda entrar nunca en tu corazón. 

No importunes a nadie acerca de su religión. 

Respeta a los demás y sus puntos de vista, y exige de ellos que respeten el tuyo. 

Ama tu vida, perfecciona tu vida y haz más bellas todas las cosas que hay en ella. 

Trata de prolongar tu vida y que su propósito sea servir a tu pueblo. 

Prepara una noble canción funeraria para el día en que tengas que cruzar la gran división. 

Saluda siempre con una palabra o con un gesto cuando en un lugar solitario te cruces o te encuentres con un amigo, o incluso con un extraño. 

Muestra respeto por todas las personas y no te postres ante nadie. 

Cuando te despiertes por la mañana, da las gracias por la comida y por la alegría de vivir. Si no ves ningún motivo por el que dar gracias, la culpa es solo tuya. 

No maltrates a nada ni a nadie, pues ese maltrato convierte a los sabios en tontos y le roba la visión al espíritu.

Por Carlos Hernández Soto

martes, 8 de enero de 2019

SER SAMURÁI



  • 1
    Practica el gi (la integridad). Tradicionalmente, los samuráis vivieron según el código moral y ético conocido como bushido. Si bien es cierto que los samuráis han desaparecido, las virtudes centrales del código bushido siguen describiendo una vida honorable y moral que se puede seguir perfectamente en la actualidad. La primera de estas virtudes es la integridad.[2] Un samurái siempre se esfuerza por hacer lo correcto, incluso (y en especial) cuando es difícil. Un samurái escoge el camino que es mejor para un bien mayor cuando se le presenta decisiones difíciles, incluso si no es lo mejor para sí mismo.
    • Un ejemplo moderno: Kate por casualidad comete un error cuando postula para la universidad en línea. En lugar de brindar su correcta calificación promedio de la preparatoria de 3.5, escribe 3.9. Kate luego nota su error, pero solo después de que envió la solicitud. A pesar de que el error la hace ver como una mejor candidata, y está muy segura de que nadie lo notará, envía un correo electrónico al Departamento de Admisiones para comunicar su error para asegurarse de que se le juzgue justamente para preservar su honor.Imagen titulada Be a Samurai Step 2
  • 2
    Practica el yuuki (el coraje). Los samuráis no huyen de hacer actos difíciles (incluso si son imposibles). Se presentan con un rostro fuerte y se esfuerzan para desempeñar su deber incluso si se enfrentan a unas circunstancias intensas y a unas probabilidades poco probables. Ten en cuenta que esto no quiere decir que un samurái nunca tiene miedo. Todas las personas se asustan. En lugar de ello, un samurái sigue esforzándose para completar la labor que tiene que hacer.
    • Un ejemplo moderno: Joe tiene miedo de volver al campo de fútbol después del medio tiempo. Su equipo está perdiendo, los jugadores del otro equipo lo insultan después de cada juego y él sabe que su entrenador lo avergonzará en los casilleros por las intercepciones que ha lanzado en el primer cuarto de tiempo. Después de un corto momento de reflexión, él regresa al campo con la cabeza erguida. En su mente, su objetivo es tener el mejor segundo tiempo a pesar de su miedo y de las probabilidades difíciles que enfrenta.Imagen titulada Be a Samurai Step 3
  • 3
    Practica el jin (la amabilidad o la benevolencia). Si bien es cierto que los samuráis se recuerdan en la actualidad principalmente por su fiereza en el campo de batalla, en sus vidas diarias, fueron de todo menos crueles. El samurái ideal era un acompañante cálido con sus amigos (aunque siempre fue digno), sus familiares y los desconocidos; trataba a las personas que conocía con amor y compasión. En la actualidad, puedes seguir la virtud del jin al esforzarte al máximo para vivir una vida llena de amabilidad humana, incluso cuando te topas con personas que no se lo merezcan en especial.
    • Un ejemplo moderno: el nuevo estudiante en la escuela es una persona rara, no habla con nadie, no parece tener una buena higiene y actúa nerviosamente cuando tiene que hablar en frente de las personas. Shawn lo ve sentándose solo en una esquina de la cafetería y decide sentarse a su lado y esforzarse para entablar una conversación. Ya sea que el nuevo estudiante resulte ser el tipo de persona que simplemente es tímida o una persona que es tan extraña como todas las personas han dicho que es, sigue mereciéndose la misma compasión que Shawn le daría a cualquiera de sus amigos.Imagen titulada Be a Samurai Step 4
  • 4
    Practica el rei (la cortesía y la etiqueta). Lo creas o no, los samuráis se esforzaban por ser unos caballeros perfectos en sus interacciones diarias y se esforzaban para ser mortales en el campo de batalla. Esta virtud difiere del jin (la amabilidad) en el hecho de que describe un conjunto preciso de costumbres y comportamientos sociales que constituían la cortesía en Japón en ese tiempo. Si bien es cierto que puede ser poco práctico participar en las ceremonias de té del periodo feudal de Japón, puedes practicar el rei al actuar según las nociones modernas de la cortesía y la etiqueta de los caballeros y las damas.
    • Un ejemplo moderno: por alguna razón, al cajero en la tienda de comestibles no le agrada Kim. Siempre que pasa por la caja, él frunce el ceño y no dice nada más que "¿Quieres algo más?". Kim no está segura si al cajero no le agrada la manera en que se ve, ya sea que dijo un comentario con el que no concordó en el pasado o si el problema se trata de otro tema totalmente diferente. A pesar de esto, ella decide saludarlo con una sonrisa y con una conversación cortés todos los días. Quizás algún día, él aprenderá a actuar de la misma forma.Imagen titulada Be a Samurai Step 5
  • 5
    Practica el makoto (la honestidad). Un samurái debía ser honesto en sus palabras y en sus acciones. El código bushido dictaba que siempre se debía decir la verdad, no se debía mentir intencionalmente y nunca se debía actuar intencionalmente de una manera para hacer trampa o engañar a una persona. Actuar de esta forma era demostrar respeto por las leyes de la naturaleza del universo y del cosmos, y nunca actuar de manera deshonesta. Por ello, el samurái debía actuar de esta forma.[3]
    • Un ejemplo moderno: después del trabajo, uno de los compañeros de trabajo de la oficina de Sandeep le dice que recibirá una llamada de su novia, a quien Sandeep ha conocido. Le pide a Sandeep que le diga que los dos fueron al bar de la localidad a beber anoche y se quedaron ahí hasta que se cerró. Sandeep, quien estuvo en casa con su familia, se disculpa y se rehúsa cortésmente. Su compañero se frustra, pero Sandeep no se rinde. Él no mentirá intencionalmente, en especial no para ayudar a alguien a salirse con la suya por un tema inmoral.Imagen titulada Be a Samurai Step 6
  • 6
    Practica el meiyo (el honor). Un samurái valoraba su honor por encima de casi todo, incluso algunas veces por encima de su vida. Los samuráis se esforzaban para que se les admirara y se les elogiara por su fortaleza, competencia y virtud. Normalmente, ser deshonrado no podía suceder ya que cuando se les ponía en una posición en la que se enfrentaban con un fracaso mayor (como perder su daimyo en una batalla importante), no era poco común que cometieran suicidio al hacer un seppuku (un ritual de destripamiento) para preservar su honor.[4] A pesar de que las prácticas como seppuku son muy extremas para el mundo moderno, las personas que quieran vivir como un samurái deben ser cuidadosas de la manera en que viven su vida afecta su honor y su reputación.
    • Un ejemplo moderno: cuando Isabella llega a casa de clases un día, encuentra una invitación a una fiesta de disfraces en una hermandad prestigiosa en la que ha tratado de hacer amigas. A pesar de que al principio se sintió encantada, sus esperanzas se estrellan cuando ve que las organizadoras de la fiesta han escogido una temática racista. A pesar de que se muere por participar en la comunidad griega de la universidad, decide faltar a la fiesta e ir a otra en una hermandad menos prestigiosa. Ella no querría que su reputación se manchara al asociarse con una situación sucia.Imagen titulada Be a Samurai Step 7
  • 7
    Practica el chugi (la lealtad). Los samuráis no eran nada más que personas fieles a sus señores, sus clanes y sus temas. Se esperaba que un samurái siguiera las órdenes de su daimyo con obediencia absoluta. Los samuráis incluso firmaban contratos de sangre con su daimyo, en los que juraban lealtad a todo el linaje de su señor.[5] Si bien es cierto que este tipo de lealtad extrema está fuera de lugar en la era moderna, sigue siendo posible practicar el chuugi al ceñirse a las personas en tu vida que te dan honor en los momentos de dificultad, como tus amigos, tus familiares y las personas que depende de ti.
    • Un ejemplo moderno: Tim y su hijo siempre han tenido una relación difícil. Cuando Tim trata de ayudar a su hijo a tomar las decisiones correctas en su vida, los dos siempre han terminado en una discusión alterada. Ahora, su hijo se casará con una mujer que a Tim no le agrada. A pesar de sus reservas extremas, Tim decide estar al lado de su hijo en su boda ya que es su hijo y lo amará sin importar lo que pase.

  • Consejos

    • ¡Recuerda que no tienes que ser un chico para ser un samuráis! A pesar de que históricamente casi todos los samuráis fueron hombres, existieron algunas mujeres guerreras, llamadas onna musha, en la historia y en la literatura tradicional japonesa, como en Heike Monogatari.[15][16]
    • El honor es el primer paso en el camino a ser un buen samurái. Siempre piensa acerca de cómo tus acciones harán que las personas te vean y esfuérzate al máximo para nunca actuar de alguna manera que te haga verte como una persona endeble, mezquina, cobarde o mala.
    • Trata de hacer una investigación independiente con libros, artículos y páginas web a tu disposición si te gustaría aprender más acerca del estilo de vida de los samuráis. El libro Bushido: El camino del samurái, del esccritor Tsunetomo Yamamoto, está disponible en versión impresa y electrónica por un precio asequible.[17]

    Advertencias

    • A pesar de que los samuráis son guerreros, no pelean a menos que absolutamente no tuvieran otra opción. Los samuráis verdaderos no utilizan su poder a la ligera.

    Referencias

    1. http://www.meijishowa.com/calendar/4274/08-05-1876-japan-abolishes-samurai-system
    2. http://www.theartofcalligraphy.com/seven-virtues-of-bushido
    3. https://sites.google.com/site/projectsamurai1010/the-code-of-the-samurai

    martes, 27 de noviembre de 2018

    sábado, 17 de noviembre de 2018

    GERÓNIMO EL ÚLTIMO GUERRERO APACHE


    Jerónimo y sus palabras que plasmó en un libro titulado la historia de mi vida.
    Nací en el Cañón No-doyohn, Arizona, en junio de 1829.
      Me criaron en ese territorio situado en las cabeceras del río Gila. Este territorio fue nuestra patria; entre esas montañas estuvieron ocultas nuestras viviendas; los valles desparramados contuvieron nuestros campos; en las praderas ilimitadas, extendiéndose lejos en cada lado, estuvieron nuestras pasturas; las cavernas rocosas eran nuestros lugares
    para sepultar.
    Fui el cuarto de una familia de ocho hijos —cuatro muchachos y cuatro muchachas—. De mi familia, solamente quedamos mi hermano, Porico (caballo blanco) y mi hermana, Nah-da-ste y yo. Estamos detenidos como prisioneros de guerra en esta Reservación Militar (Fort Sill).
    Los indios apaches se dividen en seis sub tribus. Una es la de los Be-don-ko-he, a la que yo pertenezco.
    Nuestra tribu habitó la región montañosa que colinda al oeste con la línea este de
    Arizona, y al sur desde las cabeceras del río de Gila.
    Al este de nosotros vivieron los Apaches Chi-hen-ne (Ojo Caliente), (Hot Springs).
    Nuestra tribu nunca tuvo ninguna dificultad con ellos. Victoria, su jefe, fue siempre un amigo mío. Siempre ayudó a nuestra tribu cuando le pedimos ayuda. Él perdió su vida defendiendo los derechos de su gente. Él fue un buen hombre y un guerrero valiente. Su hijo Charlie ahora vive aquí en esta reservación con nosotros.
    Al norte de nosotros vivieron los apaches de la Montaña Blanca. No siempre
    estaban en los mejores términos con nuestra tribu, raramente tuvimos guerra con ellos.
    Conocí personalmente a su jefe, Hash-ka-ai-la, y lo consideraba un buen guerrero. Su territorio estaba al lado de la tierra de los indios Navajo, quienes no tienen la misma sangre que los apaches. Hicimos consejos con todas las tribus apaches, pero nunca con los Navajos. Sin embargo, negociamos con ellos y algunas veces los visitamos.
    Al oeste de nuestra tierra se extendía la de los apaches Chi-e-a-hen. Ellos tenían dos jefes al mismo tiempo, Co-si-to y Co-da-hoo-yah. Esta tribu era amistosa pero no intimaba con la nuestra.
    Al sur de nosotros vivieron los apaches Cho-kon-en (Chiricahua), cuyo jefe en los
    viejos tiempos era Co-chise, y más adelante su hijo, Naiche. Esta tribu fue la más amistosa con nosotros. A menudo andábamos juntos en el campo y rastreando. Naiche, fue mi compañero de armas y ahora es mi compañero en la esclavitud.
    Al sur y al oeste de nosotros vivieron los apaches Ned-ni. Su jefe era Whoa,
    llamado por los mexicanos “Capitán Ju”.
    Eran nuestros amigos firmes. La tierra de esta tribu se localiza una parte en Viejo México viejo y otra en Arizona.
    Whoa y yo acampamos y luchamos a menudo de lado a lado como hermanos. Mis enemigos eran sus enemigos, mis amigos sus amigos. Ahora, él está muerto, pero su hijo Asa está traduciendo esta historia para mí.
    Las cuatro tribus (Bedonkohe, Chokonen, Chihenne, y Nedni), que eran amigas
    cercanas en los días de libertad, permanecen juntas mientras que disminuyen en gran número. Solamente la destrucción de toda nuestra gente disolverá nuestros vínculos de
    amistad.
    Estamos desapareciendo de la tierra, no obstante, no puedo pensar que seamos
    inútiles o Usen no nos hubiera creado. Él creó todas las tribus de hombres y tenía
    ciertamente un propósito honrado para crear a cada una.
    Para cada tribu de hombres que Usen creó, también hizo un hogar. En la tierra
    creada para cada tribu particular colocó lo mejor para el bienestar de esa tribu.
    Cuando Usen creó los apaches, también creó sus hogares en el oeste. Les dio el
    grano, las frutas y animales de caza, como lo que necesitaban comer. Para restaurar su salud cuando la enfermedad los atacara, Usen hizo crecer diversas hierbas. Les enseñó donde encontrarlas y cómo prepararlas para medicina. Les dio un clima agradable y todo lo que necesitaban para vestirse y abrigarse estaba al alcance de la mano.
    Así fue en el principio: los apaches y sus hogares, cada uno creado para el otro,
    fueron hechos por Usen. Cuando son sacados de estos hogares se enferman y mueren ¿Cuánto tiempo faltará para que se diga, ya no hay ningún apache? .
    Fuentes; La historia de la vida de Gerónimo. Gerónimo 1829-1909.
    Stephen Melvil Barrett,1865-?.

    martes, 11 de septiembre de 2018

    sábado, 8 de septiembre de 2018

    DECLARACIONES SENTIMENTALES

    Buen día para recordar tres Declaraciones Sentimentales:

    (1) Nada es para siempre en este Mundo, ni siquiera nuestros Problemas.

    (2) Me gusta caminar en la lluvia, porque nadie puede ver mis lágrimas.

    (3) El día más desperdiciado en la vida es el día en el cual no nos hemos reído.

    ¡La VIDA es para Disfrutar con lo que tienes, Sigue sonriendo...!

    Si estás ESTRESADO, date un respiro:

    Disfruta del Helado, los Chocolates, Dulces,  Pasteles... ¡Disfrútalos...!

    Y guarda estas palabras.
    UN buen AMIGO ¡es igual a UNA buena MEDICINA!  De la misma manera, un buen grupo de amigos ¡¡es igual a una FARMACIA COMPLETA!!

    Los Seis Mejores médicos en el Mundo son:


    1. La Luz del Sol,
    2. El Descanso,
    3. El Ejercicio,
    4. La Dieta,
    5. Autoestima
    6. Los Amigos.


    ¡Mantenlos en todas las etapas de tu Vida y disfrutarás de una vida saludable...!

    Si ves la Luna... Verás la belleza de Dios....!
    Si ves el Sol... Verás el poder de Dios....
    Y... Si ves el espejo: ¡verás la Mejor Creación de DIOS...!

    Entonces, CREE EN TI.
    Todos somos turistas y Dios es nuestro Agente de Viajes que ya ha fijado todas nuestras rutas, reservas y destinos.... ¡Confía en él y disfruta "el Viaje" llamado VIDA..! 


    Charlie Chaplin

    martes, 28 de agosto de 2018

    LAS VIRTUDES DEL BUSHIDO


    La siete leyes del bushidō, el código de honor samurái


    Gi, Yu, Jin, Rei. Makoto, Meiyo y Chuugi son las leyes que todo samurái debe cumplir. El bushidō o camino del guerrero es una serie de enseñanzas que se inculcan durante al menos los últimos mil años entre la clase dirigente japonesa.
    Desde hace varios siglos, las siete claves que lo componen se han convertido en el código de ética de los samuráis.
    Si un samurái rompía de forma afrentosa alguna de las siguientes leyes de vida, podía recobrar su honor practicando el seppuku (suicidio ritual). A continuación, las siete claves del código de ética samurái.

    Gi – Justicia – decisiones correctas

    Sé honrado en tus tratos con todo el mundo. Cree en la justicia, pero no en la que emana de los demás, sino en la tuya propia. Para un auténtico samurái no existen las tonalidades de gris en lo que se refiere a honradez y justicia. Sólo existe lo correcto y lo incorrecto.

    Yu- Coraje

    Álzate sobre las masas de gente que temen actuar. Ocultarse como una tortuga en su caparazón no es vivir. Un samurái debe tener valor heroico. Es absolutamente arriesgado. Es peligroso. Es vivir la vida de forma plena, completa, maravillosa. El coraje heroico no es ciego. Es inteligente y fuerte. Reemplaza el miedo por el respeto y la precaución.

    Jin – Benevolencia

    Mediante el entrenamiento intenso el samurái se convierte en rápido y fuerte. No es como el resto de los hombres. Desarrolla un poder que debe ser usado en bien de todos. Tiene compasión. Ayuda a sus compañeros en cualquier oportunidad. Si la oportunidad no surge, se sale de su camino para encontrarla.

    Rei – Respeto, Cortesía

    Los samurái no tienen motivos para ser crueles. No necesitan demostrar su fuerza. Un samurái es cortés incluso con sus enemigos. Sin esta muestra directa de respeto no somos mejores que los animales. Un samurái recibe respeto no solo por su fiereza en la batalla, sino también por su manera de tratar a los demás. La auténtica fuerza interior del samurái se vuelve evidente en tiempos de apuros.

    Makoto – Honestidad, Sinceridad absoluta

    Cuando un samurái dice que hará algo, es como si ya estuviera hecho. Nada en esta tierra lo detendrá en la realización de lo que ha dicho que hará. No ha de “dar su palabra”, no ha de “prometer”, el simple hecho de hablar ha puesto en movimiento el acto de hacer. Hablar y hacer son la misma acción.

    Meiyo – Honor

    Es la virtud más importante de todas. El auténtico samurái sólo tiene un juez de su propio honor, y es él mismo. Las decisiones que toma y cómo las lleva a cabo son un reflejo de quién es en realidad. No puede ocultarse de sí. En caso de quedar mancillado, la única forma de restaurarlo es mediante el Seppuku o suicidio ritual.

    Chuugi – Lealtad

    Haber hecho o dicho “algo”, significa que ese “algo” le pertenece. Es responsable de ello y de todas las consecuencias que le sigan. Un samurái es intensamente leal a aquellos bajo su cuidado. Para aquellos de los que es responsable, permanece fieramente fiel. Para el guerrero, las palabras de un hombre son como sus huellas: puedes seguirlas donde quiera que él vaya.

    LOS CUATRO VOTOS DEL SAMURAI

    Los 4 votos del Bushido y la “inquietud ontológica” del guerrero




    Un samurai debe evitar siempre el quejarse, incluso en la vida corriente.
    Debe mantenerse en guardia para no dejar escapar jamás
    una palabra que exprese debilidad.
    Tsunetomo Yamamoto
    (Samurai - 1659 - 1719)





    “Bushido” significa, literalmente “el camino del guerrero”.

    Sus claves se resumen a entender cabalmente y practicar los alcances de los 4 votos:


    1. No te rezagues nunca en la práctica del bushido.
     
    2. Sé siempre leal y devoto en el servicio a tu Amo.
     
    3. Cumple tus obligaciones para con tus padres.
     
    4. Despierta tu compasión hacia todos los seres para poder consagrarte al servicio de los demás.


    La clase Samurai estaba constituída por los mejores hombres, de allí que pueda aplicarse claramente y con justicia a ellos la expresión “aristócracia guerrera” (estamos utilizando aquí la palabra “aristocracia” desde su raíz griega: el calificativo “aristoi” aludía a los “los más buenos” en el sentido de “los mejores”).

    Eran hombres de guerra, honestos, confiables, amables, con un profundo sentido de la cortesía y la amabilidad, honrados, cuya simple mención era considerada como equivalente del honor y el compromiso. Grandes cultores de la noble amistad y sapientes de todos los rostros que debe enfrentar quien se entregue al heroísmo, estos guerreros eran capaces de enfrentar los mayores peligros plantados en un radical orgullo de sí mismos y de sus habilidades como poderosos combatientes. También se destacaban por su destreza como jinetes y eran famosos asimismo por sus habilidades en el uso del arco y flecha.

    El códice Samurai es considerado como el conjunto de valores y principios a los cuales debe apegarse la conducta del caballero que guerrea. Cuál ha de ser la obra final a que debía aspira un guerrero de esta noble clase japonesa? Pues esa obra había de ser, ni más ni menos, que llegar a la creación de una identidad. La culminación de esa obra que era la vida misma del guerrero, era la adquisición de un sí mismo cuyo nombre de clase era más poderoso que la pálida individuación que representaba un nombre y apellido. Se trata de llegar a crearse y ser “Samurai”.

    Si seguimos en esta línea a Michel Foucault: “El individuo circunscribe la parte de sí mismo que constituye el objeto de esta práctica moral; define su posición en relación con el presente que sigue, se fija cierto modo de ser que valdría como realización moral de sí mismo y para hacerlo así obra sobre sí mismo, se empeña en conocerse, se controla, se experimenta, se perfecciona, se transforma". (“Usage des plaisirs”, p. 35).


    Volverse guerrero, ser samurai, tal podría ser el resumen del supremo mandato al que se adherían estos feroces seguidores del Bushido.

    miércoles, 20 de junio de 2018

    HEHAKA SAPA UN FAMOSO WICHASHA WAKAN (Hombre Medicina)


    Black Elk.jpg
    Hay amigos que desaparecen para siempre y otros que vuelven, inesperadamente. Al hombre santo sioux Alce Negro (1863-1950), primo segundo de Caballo Loco y que estuvo en fregados como Little Bighorn y Wounded Knee (y luego en el show de Búfalo Bill), le conocí cuando estudiaba primero de Ciencias de la Información –yo: en las praderas no se cursaban estudios superiores reglados-. Lo hice a través de uno de esos libros inolvidables (como Enterrad mi corazón en Wounded Knee, La pipa sagrada y la novela Hanta-Yo) que en los setentas cambiaron definitivamente nuestra mirada sobre los mal llamados indios y pieles rojas, los nativos norteamericanos, que pasaron de ser los malos del Fuerte Comansi a una gente fascinante, aunque no dejaran de arrancarte la cabellera si se terciaba. Los últimos sioux, publicado por Noguer en 1974 en su colección Testimonio vivo, eran las memorias de ese respetadísimo miembro de los oglala, una de las siete sub tribus de los lakota, que prefieren este nombre que el de sioux, lo cual se entiende pues “sioux” era el término despreciativo que usaban con ellos los ojibwa o chippewa y significa “serpientes”.

    El apasionante relato de la vida de Alce Negro, incluidos cantos y con la intervención, para contextualizar algunos episodios, de otros veteranos de las guerras indias como Trueno de Fuego y el notable Oso Erecto (referido a su posición: la traducción literal de los nombres nativos da lugar a confusiones semánticas), lo recogió esforzadamente, pues los oglala son de conversación lenta y con rodeos, John G. Neihardt (1881-1973), un apasionado de las culturas indígenas y etnógrafo amateur que vivió él mismo en las praderas.
    Neihardt, que fue el primer poeta laureado de Nebraska, tenía un ramalazo místico y se hizo luego llamar Arco Iris Llameante (por una visión de su entrevistado), se fue a ver a Alce Negro en 1930 a la reserva de Pine Ridge y consiguió intimar con él, que estaba ya muy mayor y casi ciego, al interesarse por la sabiduría espiritual que atesoraba. Publicó el resultado de las conversaciones, realizadas mediante el intérprete Halcón Volador, en 1932 como Black Elk speaks, Alce Negro habla, que es el título original que ahora recupera en una cuidadísima edición Capitán Swing con nueva traducción (Héctor Arnau), bastante material añadido en forma de prefacios y distintos apéndices, multitud de notas (revólver en lakota es mazawakha, “hierro sagrado”), así como numeroso material gráfico, incluidas fotos poco conocidas . A destacar una en la que se ve al propio Neihardt, con un aire a lo Gustav Mahler, junto a Alce Negro, con lo cual ya le podemos poner cara al biógrafo.El propio Alce Negro aparece ahora en la portada en full regalia, con taparrabos y plumas.


    Las memorias de Alce Negro, muy sustanciosas, arrancan con sus recuerdos de niñez y acaban poco después de la masacre de Wounded Knee cuando la lucha contra los blancos, tras aquel desastre, se revela ya imposible y absurda. “Algo más pereció en el barro ensangrentado y quedó enterrado durante la ventisca”, dice el viejo oglala de la matanza, en la que cayeron el jefe Pie Grande y buena parte de su banda de minneconjous, incluidos muchos ancianos, mujeres y niños. ”Allí murió el sueño de un pueblo. Era un sueño bello (...) Ya no hay centro alguno y el árbol sagrado ha muerto”.
    Buena parte del libro está consagrado –esa es la palabra- a las revelaciones espirituales de Alce Negro, sus espectaculares visiones y su íntimo conocimiento de Wakan Tanka, el Gran Misterio. Pero también explica las costumbres de los lakota y sigue pormenorizadamente la historia del pueblo y de sus enfrentamientos con otras tribus y con los blancos. Es sensacional el retrato de primera mano que se ofrece de Caballo Loco, un guerrero único, pequeño, esbelto y ascético, que, cuenta Alce Negro, parecía flotar entre el mundo real y el de sus propios sueños y al cuál le duraban poco los corceles, pues se derrumbaban bajo el peso del poder de su magia.
    Un capítulo está dedicado a la muerte de Pahuska, Pelo Largo, Custer, y la batalla del río Hierba Grasa ( Little Bighorn). Alce Negro era jovencito, 14 años, pero remató a un soldado de un disparo de su seis tiros entre los ojos después de sufrir (y no digamos el soldado) para arrancarle la cabellera, pues “llevaba el pelo corto” y “el cuchillo no estaba afilado”. Eran tiempos duros. A otro soldado, moribundo, lo despachó de un flechazo en la frente. El entusiasmo por la victoria no le impidió reconocer que el campo de batalla “no olía más que a sangre, y sentí náuseas”. La muerte luego a traición de Caballo Loco y su entierro, a cargo de sus padres, en paraje desconocido, la huida a Canadá con la banda de Toro Sentado, y la conversión del joven en un respetado hombre sabio y sanador, son otros episodios del libro.
    A los 23 años, Alce Negro, que quería ver mundo y observar cómo vivían los blancos, se enroló en la troupe de Búfalo Bill y viajó a Nueva York y Londres, donde conoció a la Reina Victoria. Tras una larga gira regresó a casa y se involucró en el movimiento místico de Wovoka, el religioso paiute que creó la milenarista Danza de los Espíritus y sus inútiles (contra las balas) camisas mágicas. Luego nuestro hombre fue él mismo decisivo en la recuperación de las tradiciones de su pueblo y de la Danza del Sol, con cierto sentido práctico que no excluía a los turistas. Murió en 1950 en un mundo radicalmente distinto de aquel en el que había nacido. Pero ahora vuelve a hablar, y es emocionante y hermoso volver a escucharlo. ¡Hetchetu aloh!, que así sea.


    Jacinto Antón

    Temas sugeridos

    Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...

    Sic transit gloria mundi

    trucos blogger