En la práctica la felicidad es un concepto engañoso.
Algunas personas lo asocian a la idea del cuerpo perfecto y la sonrisa
'happy' siempre en la cara. La tristeza, el enfado o el miedo parecen
impedirnos ser felices y hay que evitarlos.
Es el perfeccionismo tóxico que promueven redes sociales,
donde todos parecen ser perfectos y realizar actividades muy
emocionantes, menos tú, que estás de bajón en un momento pantufla donde
lo máximo que consigues es moverte de un sofá a otro. Las redes para
estas emociones son asociales. Sin embargo, son positivas y necesarias
porque nos indican un camino de cambio y nos recuerdan que somos seres
humanos y no dioses del Olimpo.
Es normal equivocarse y volver a intentarlo o rectificar que es de sabios.
En
las antípodas están todos aquellos que tienen dificultades para
conseguir sentirse felices o, al menos, disfrutar de lo que ya tienen, y
se enganchan al sufrimiento. Como Tania que tuvo una infancia difícil
debido a la prematura muerte de sus padres, pero ahora su vida con 33
años está estabilizada. Es como si se hubiera puesto una máscara de gas
para sobrevivir a la guerra de su infancia y no sabe quitársela para
vivir en tiempos de paz. Puede llegar a tener lo que quiere, pero desde
luego no puede disfrutarlo. No se me ocurre un boicot peor a uno mismo
que no poder gozar de los placeres del presente porque se vive en el dolor del pasado o el temor del futuro.
ENTRENAMIENTO
Mahatma
Gandhi dijo: "Sé el cambio que quieras ver en el mundo". Por eso, te
invito a practicar un programa para el desarrollo de la felicidad en 12
pasos que es la versión adaptada del de Psicoterapia Positiva del propio
Seligman y Rashid, del 2011. Los científicos creen que en el cerebro
las emociones negativas y las positivas se encuentran en áreas bien
diferenciadas. Las primeras nos protegen y se relacionan con el
hemisferio derecho, asociadas al cerebro límbico, mientras que las
segundas animan a avanzar y están en el hemisferio izquierdo e implican a
las zonas relacionadas con la corteza cerebral, el cerebro que piensa.
Hay que entrenar para ello las dos partes del cerebro. Con el tiempo y
la práctica, las vías neuronales asociadas con la satisfacción con la
vida se fortalecerán y se sentirá más feliz sin tener que buscar la
felicidad.
Paso 1. Tu presentación positiva.
Escribe en una página una presentación que muestre lo mejor de ti mismo,
lo que has conseguido, cómo utilizas tus mejores fortalezas y léela
cada día.
Paso 2. Identifica tus fortalezas. Cumplimenta el cuestionario VIA. Una vez halladas tus cinco mejores cualidades, escribe situaciones en las que éstas te han ayudado.
Paso 3. Tres cosas positivas. A partir de hoy recuerda cada noche tres cosas buenas que has conseguido o que te han sucedido.
Paso 4.
Emociones negativas. No es necesario estar siempre feliz. Descubre lo
que te enfada, te pone triste o te asusta. Sólo reconoce esos
sentimientos sin juzgarlos y escríbelos en tu cuaderno.
Paso 5. Carta
de perdón. El perdón es una herramienta capaz de transformar los
sentimientos de ira y amargura en positivos. Escribe una carta de perdón
en la que describas una afrenta y promete perdonar a quien la cometió,
aunque la llegues a enviar.
Paso 6. Carta de
agradecimiento. Escribe una misiva de gratitud a alguien a quien no tuvo
ocasión de mostrar tu agradecimiento personalmente, ésta si puedes
entregarla a la persona.
Paso 7. Satisfacción
personal. Aquellos que saben disfrutar cuando las cosas son "lo bastante
buenas" son más felices que aquellos que buscan siempre la perfección.
Dí hoy: "Me acepto a mí mismo y a los demás, tal y como son". Valora lo
que ya funciona y no aquello que te falta para la perfección.
Paso 8. Puertas
que se abren, puertas que se cierran. Piensa en tres asuntos de tu vida
que no funcionaron y en otras tres puertas que se abrieron. Fracasar es
un paso previo al éxito.
Paso 9. Las fortalezas de tu pareja. Escribe los puntos fuertes de tu pareja y concierta una cita para compartir su valoración.
Paso 10.
Las fortalezas de tu familia. Piensa en tus padres, tus hijos, hermanos
o mejores amigos. Haz un árbol genealógico de los puntos fuertes de
cada uno, es tu herencia positiva.
Paso 11.
Saboreo. Significa apreciar con sus cinco sentidos y con atención plena
alguna actividad placentera. Si paseas, por ejemplo, siente la
intensidad de la luz, la temperatura, los olores, las sensaciones. Es
una técnica que aumenta la intensidad y duración de la emoción positiva.
Paso 12. Regalar tiempo. El altruismo ayuda a
la felicidad. Hoy puedes donar su tiempo a otra persona haciendo algo
que ayude y ponga en funcionamiento alguna de sus fortalezas.
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