martes, 20 de agosto de 2013

LA LEYENDA DEL GALLO DE MORÓN


 
 
Allá por el mil quinientos
En el pueblo de Morón
le enseñaron a Don Juan
una importante lección.
 
Enfrentabanse dos bandos
en un pueblo de Sevilla
y la Audiencia decidió
terminar con las rencillas.
 
Después de muchos intentos
mandaron allí a Esquivel
llamado Juan, a más señas
tenía el cargo de juez.
 
Orgulloso iba diciendo
a todo el que le escuchara
que no cantaba otro gallo
en el sitio que él cantaba.
 
Tanto insistiera en la frase,
le pusiera tal empeño
que el sobrenombre de "El Gallo"
le dieron los lugareños.
 
Cansados ya los vecinos
de escuchar sus tonterías
para acabar con el tema
se convocaron un día
 
Al camino de Caniles
con engaños lo llevaron
y en cueros vivos, sin ropa
entre todos lo dejaron.
 
Con las varas de acebuche
le "invitaron" a marcharse
mientras algunos pedían
que el magistrado "cantase"
 
Y vaya si el juez cantó
que al cabo de poco tiempo
de aquel pueblo se marchó
 
Desde que esto aconteciera
y como comparación
a los que necios prepotentes
les dicen esta canción:
 
"Anda que te vas quedando
como el Gallo de Morón
sin plumas y cacareando
en la mejor ocasión"
Un consejo a los que vayan
a Morón de la Frontera
No olviden la educación
ni se meta entre dos
porque si no, lo echan fuera
 
En otros sitios hay gentes
que aguantan las simplerías
en Morón, por si las plumas
no te andes con chulerías.
LEYENDA DE MORÓN DE LA FRONTERA ESCRITA A LA FORMA DE ROMANCE DE CIEGO
Milagros Soler Cervantes
 
 
“A este pueblo le costó pagar tributos, no estaban acostumbrados”, explica Juan José sobre el origen del pollo más famoso de España. Nos remontamos a la presencia de los árabes en Granada, cuando Morón era “frontera” física -no solo nombre- entre tierra cristiana y musulmana. Previa conquista de Granada, los reyes cristianos favorecían el asentamiento en esos territorios fronterizos, otorgando a la población, entre otros privilegios, la exención de impuestos.
 
Un gallo sin plumas, cacareando
“La leyenda apunta a un recaudador enviado desde la Cancillería de Granada por la Corte de
 
Foto 2 Gallo Moron Gallo de Morón, fábula e historia Madrid, debido a la desobediencia de los vecinos”, apunta Juan José García, cronista local del municipio sevillano y estudioso de la leyenda del “Gallo de Morón”. Así siempre se ha transmitido la historia de padres a hijos oralmente.


Un pueblo contumaz y dividido cuyos pleitos, a lo largo de todo el siglo XVI, se repetían una y otra vez en la audiencia de Granada. “Se afirma que, cuando se trataban temas relacionados con los nombramientos de las nuevas autoridades locales, las disputas tomaban entonces tintes de motín, por lo que su repercusión llegaba hasta la capital, donde se consideraba a Morón como uno de los pueblos más rebeldes y difíciles de gobernar de todo el reino”, señala Juan José por escrito.
Foto 3 GAllo Moron Gallo de Morón, fábula e historia
Se dice que la Cancillería de Granada tuvo que intervenir directamente en los asuntos de Morón. En 1597 mandó al doctor Juan Esquivel (Audiencia Regional de Andalucía) que, a tenor de las crónicas, poseía un carácter rudo e intratable. Grosero y altivo, mediaba sin consideración con los vecinos, alardeando de que no había “más gallo que él”, imponiendo el principio de autoridad sin mayores argumentos. De esta forma, los mismos lugareños comenzaron a llamarle el “Gallo de Morón”. Como venganza a su vanidosa actitud e injusto comportamiento, el doctor Esquivel fue asaltado en el Camino de Canillas, donde lo desnudaron, lo fustigaron con varas de acebuche y le “invitaron amablemente” a marcharse.
 
A tenor de la investigación que realizó una joven de la propia localidad sevillana para su tesis sobre la iglesia de San Miguel, expurgando concienzudamente el archivo municipal, pudieron cotejar más documentos y contrastar la información, acercar aquella fábula a la historia de los acontecimientos verdaderos. “No era un recaudador de contribuciones, sino la autoridad enviada por el Duque de Osuna, que tenía también otras funciones políticas”, comenta este cronista autodidacta. “Tomó posesión de Morón, pero el pueblo no lo admitió por mantener ciertas formas absolutistas, de señor cacique”. Juan José comenta que los propios ediles le tendieron una trampa en el ayuntamiento para despojarlo de sus poderes, pero no le pegaron ni le quitaron la ropa. Entre la ficción y la realidad de aquel suceso, en el acervo popular quedó la coplilla que así se canta:
 
“Anda que te vas quedando
como el Gallo de Morón,
sin plumas y cacareando
en la mejor ocasión”

García López, J.José, “El Gallo de Morón. Aproximación a la historia”, Fundación Fernando Villalón, Sevilla, 1985.
Leslie J. López
Fotos Paseo del Gallo –Fototeca Colección Local de la Biblioteca Pública Municipal “Cristóbal Bermúdez Plata”

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