jueves, 1 de octubre de 2015

DECÁLOGO DEL BUEN BUDÔKA

Los antiguos samuráis decían de este compromiso que es el honor, que es la carga más grata pero más pesada de llevar, pues te obliga de por vida a ser consecuente contigo mismo en todo momento, y a veces a pesar de uno mismo o de sus intereses.

* Sinceridad. Es la cualidad moral por la cual una persona se expresa con franqueza y sin falsedad, esto es, dice lo que piensa o siente sin ninguna doblez o mal intención.
* Cortesía. Está compuesta por las reglas de urbanidad y comportamiento, esto es, por los actos con los que manifestamos en todo momento el respeto o el afecto por los demás.

* Magnanimidad. Es el término por el cual designamos a esa cualidad moral que es la grandeza de espíritu, que se manifiesta en saber perdonar las faltas y los errores de los demás.

* Diligencia. Consiste en realizar cualquier cosa que hagamos con prontitud y cuidado para que a su término esté elaborada lo mejor posible.
* Buena fe. Es simplemente el actuar sin malicia, lo cual entronca con la...
* Bondad. Que es la inclinación a hacer el bien con generosidad, lo cual suaviza el carácter aunque este se mantenga firme. ¡Cuidado!: no se debe confundir la suavidad con la debilidad, al contrario, como dice la máxima taoísta: "Lo suave prevalece, mientras que lo rígido perece".
Todos estos principios morales convierten a la persona (sea artista marcial o no) en un ejemplo para sus semejantes y en un estandarte de la más alta integridad.
MORALIDAD DEL ACTO
La moralidad del acto se refiere a la relación del estudiante con su Maestro, con sus compañeros de entrenamiento y con el resto de sus semejantes, e incluye las siguientes cualidades o virtudes: humildad, respeto, rectitud, confianza y lealtad.
* Humildad. Es la actitud por la cual una persona reconoce sus fracasos y debilidades (pues nadie es perfecto), al tiempo que no presume de sus logros, éxitos o victorias. Esto, aunque pueda parecer un síntoma de debilidad lo es de fuerza, ya que el que es humilde lo es por elección. Por otra parte, el que sigue estas premisas y es superior técnicamente no se debe vanagloriarse de ello, puesto que nada tiene que demostrar, es humilde y moralmente superior.
* Respeto. En este caso consiste en el acatamiento que el estudiante de artes marciales tiene a las indicaciones de su Maestro, además de seguir una serie de reglas de comportamiento y cortesía hacia su Maestro, sus compañeros (veteranos y novicios) y el lugar donde estudia y practica su arte marcial.

* Rectitud. Esta virtud se fundamenta en ser íntegro, esto es, hacer lo que es justo, lo que debe hacerse, aunque la acción suponga un agravio para nosotros mismos.
* Confianza. Consiste en el ánimo y el vigor para obrar que tiene aquel que tiene seguridad en sí mismo.

* Lealtad. Es el cumplimiento de lo que exigen las leyes de la fidelidad y el honor, esto es, hacernos dignos de la fe que otra persona ha puesto en nosotros y no fallarla, cumpliendo con las obligaciones que nos hemos impuesto a favor de esa persona.
Estas cualidades presentan al artista marcial que sigue el Camino como un ser superior, pues, como dice Lao-Tsé en su Tao Te Ching: "El que vence a los demás es poderoso, pero el que se vence a si mismo es en verdad el Poder personificado". Y vencerse a si mismo implica los principios antes descritos, pues la esencia del hombre es de índole egoísta y estas cualidades en su mayor parte indican una gran desapego personal, ya que voluntariamente deja de ser "el centro del universo" y se coloca por debajo de sus semejantes.
MORALIDAD DE LA MENTE
La moralidad de la mente se refiere al desarrollo del carácter del artista marcial durante el entrenamiento. El artista marcial debe practicar con: voluntad, resistencia, perseverancia, paciencia y valor.
* Voluntad. Es la facultad de hacer o no hacer realidad la intención o deseo de efectuar algo. Esto se funde con otra cualidad importante que es la determinación, que aparece cuando una persona tiene decisión y firmeza de carácter.
* Resistencia. Es la capacidad de aguante al sufrimiento o dolor. Sin este aguante el artista marcial no podrá perseverar, pues la técnica física implica dolor e incomodidades que deben ser resistidas para poder evolucionar dentro del Arte.
* Perseverancia. Consiste en mantenerse constante en la consecución de lo comenzado, ya que la única manera de llegar a ser un experto en artes marciales es el entrenar de manera constante y sacrificada.

* Paciencia. Es la facultad de saber esperar con tranquilidad y sosiego cuando algo se desea mucho, y que en el caso que nos ocupa se traduce en tener paciencia en conseguir resultados. Esta, por desgracia, es una cualidad que escasea en los nuevos aspirantes a artistas marciales, que piensan que se puede llegar a ser un Bruce Lee o un Steven Seagal en pocos meses, cuando se necesitan largos años de entrenamiento, sufrimiento y mucha perseverancia.
* Valor. Es la capacidad del espíritu que nos lleva a enfrentarnos al miedo y superarlo, a pesar de enfrentarnos al peligro. Esta misma determinación nos ayuda en la consecución de grandes iniciativas y proyectos, como pueden ser los campeonatos y torneos.
Todo artista marcial debe pensar que las Artes Marciales son un Camino que no termina hasta el día de su fallecimiento, por lo que, teniendo durante toda la existencia estas cualidades se llegará a adquirir el Conocimiento; la falta de una de ellas equivaldría a una fisura que iría agrandándose cada día hasta la ruptura del estudiante con las Artes Marciales.
EL DECÁLOGO DEL BUEN BUDÔKA.
Con todo lo visto, los mandamientos del buen budôka deberían ser los siguientes:

1/ Las Artes Marciales han de limitarse exclusivamente a la legítima defensa.

2/ Las Artes Marciales exigen una dedicación total y absoluta; el practicante debe entrenar sin interrupción.

3/ Las palabras y enseñanzas del profesor deben ser atendidas y asimiladas.

4/ El estudiante de Artes Marciales debe respetar a su instructor y honrar a su Maestro.

5/ El estudiante debe ser siempre amable, cordial, amigo de sus compañeros, y actuar con total honradez.

6/ El estudiante de grado superior debe ayudar al de grado inferior, y este debe admitir sus enseñanzas.

7/ Fuera de la escuela, el estudiante nunca debe mostrar técnicas a los no iniciados, aún a costa de rechazar un desafío.

8/ El estudiante no debe ser agresivo, y debe mostrarse en constante armonía con Todo y con todos.

9/ Sólo debe transmitirse el conocimiento de las Artes Marciales a aquel que sea pacífico.

10/ Recuerda siempre que las Artes Marciales no son un juego, son unas Artes defensivas muy sofisticadas que mal ejecutadas puede ocasionar daños irreparables.

Como veis, estos mandamientos se abren y se cierran con una cualidad sumamente importante: la Prudencia.

FINAL

Aconsejo que este Decálogo presida la sala de entrenamiento de cada grupo marcial, para que pueda ser consultado libremente por todos, de esta forma siempre se tendrán presente sus enseñanzas.


F. Javier Hernández Pérez

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