domingo, 2 de febrero de 2014

EL SAMURAI MODERNO

 


Me cuesta recordar qué fue primero, si mis características personales me llevaron a buscar un arte marcial japonesa o el arte marcial japonesa determinó mis características personales, creo que a estas alturas de mi camino ya importa muy poco esta disertación tipo "el huevo y la gallina". Lo que sí es cierto es que como parte de mi formación tengo una personalidad bastante afín con ciertas costumbres que son comunes a las artes japonesas y que me han ayudado a progresar en mi camino de vida, es decir el que tengo fuera del dojo.

No quiero sonar pretensioso al decir que me considero un samurai moderno, ni mucho menos, pues sé que no dejo de ser un constante practicante, que tengo todavía un camino muy largo por recorrer; pero lo que si creo es que sí estoy en la capacidad de describir lo que significaría ser un samurai en estas épocas y si es es anacrónico o no.

Hace un par de días estaba releyendo un libro que encontré hace unos años, se llama "El líder Samurai" de Bill Diffenderffer, quien hace una muy buena analogía entre como los valores de los antiguos guerreros japoneses pueden ser utilizados con éxito en un mundo empresarial moderno. Hace un buen enfoque en los valores de los samurais y describe cómo es que no han pasado de moda sino todo lo contrario, son muy vigentes hoy en día.

Para aterrizar un poco más las ideas, los Samurais se regían bajo un estricto código de conducta, este código es conocido como el código del Bushido o el "Camino del Guerrero".  Dentro de este código tenemos las virtudes que norman el comportamiento del Samurai. Usualmente se nombran siete virtudes, algunos nombran ocho y hay versiones del código con diez virtudes.

Me gusta más la versión de siete virtudes, principalmente porque es la que llegué a interiorizar, pues la repetíamos al final de cada clase en el poco tiempo que practiqué Kendo. Voy a nombrar las siete virtudes, lo que mas o menos significan y cómo yo las interpreto o intento aplicar.

1.- Gi - Rectitud. Esta virtud está referida a la justicia y honradez, para el samurai solamente había lo correcto y lo incorrecto. En este sentido el ser recto se conjuga con ser íntegro, esto es, actuar sin egoísmo y con racionalidad. Esta virtud debe ser desarrollada en los momentos en que tenemos que tomar decisiones que afecten nuestras vidas y sobre todo las de otras personas

2.- Yuu - Coraje. El Samurai era valiente, no temía actuar, pero no era descuidado, es decir no tenía miedo a morir, pero no buscaba la muerte. El coraje, la valentía y el heroísmo pueden ser llevados a nuestra vida diaria cuando nos hacemos completamente responsables de nuestras acciones y decisiones, cuando asumimos los retos y sabemos que no vamos a dejar los compromisos a medias porque nos rendimos por algún motivo.

3. Jin - Benevolencia. Todas las habilidades del Samurai se vuelcan en hacer el bien de todos. La palabra Samurai dicen que se puede traducir con "aquellos que sirven" y es ahí dónde ejerce su benevolencia. Dedica su vida a entrenar para ser cada vez más rápido y más fuerte y poder hacer el bien a los que lo rodean. Esta también es una de las virtudes que podemos ejercer, el hacer el bien a nuestros semejantes.

4. Rei - Respeto. Si bien los Samurais eran guerreros muy valerosos, no eran crueles, eran corteses incluso con sus enemigos. el respeto hacia los demás es una de las bases de nuestra civilización y es algo que nos caracteriza a los seres humanos.

5. Makoto - Honestidad, Sinceridad absoluta. El samurai era sincero, su palabra ya era un hecho, no se dudaba de ella. Se dice que hace lo que dice y dice lo que hace, ¿cómo sería nuestra interrelación con nuestros semejantes si todos fuésemos tan sinceros que dijéramos lo que pensamos hacer? soy un firme convencido de que sería mucho más sencilla, habrían menos intrigas y las cosas sucederían más rápido, pues no habrían intenciones ocultas.

6. Meiyo - Honor. Las decisiones de un samurai tenían que ver con su honor, nadie lo juzgaba, sino el mismo. Si veía su honor traicionado, tenía tal poder de autocrítica, que llegaba a quitarse la vida. Era muy importante que lleve su vida de manera honorable y que lo demuestre. Eso llevado a la actualidad, es liderar con el ejemplo, llevar una vida intachable, ser responsable de nuestras acciones y sobre todo, pensar antes de hacer algo, si es algo honorable o no.

7. Chuu - Lealtad. Eso se traduce de muchas maneras, primero el samurai era leal a todos los que tenía que cuidar, pero además, era consecuente con todas las responsabilidades que tomaba, es decir, era leal a sus principios y a sus acciones. La lealtad es algo que actualmente se pierde muy rápido, pero que es una virtud que bien ejecutada genera un efecto multiplicador muy grande, normalmente a quienes les eres leal, también lo son contigo.

Si bien no debemos pensar que debemos vivir como japoneses de la época feudal, pues la sociedad ha cambiado demasiado, no podemos negar que estas virtudes o valores no están pasados de moda, es más, siento que todavía, después de tantos años, son muy aplicables a nuestra vida diaria, que si todos nos tomásemos tan en serio como ellos el vivir bajo un código de conducta tan estricto podríamos hacer de este un mejor mundo. En nuestro dojo de Aikido el décimo precepto dice "la grandeza de una nación la determina la calidad de su gente" y eso es responsabilidad de todos y cada uno de nosotros.

Los invito a tomar un poquito del espíritu Samurai y a buscar la grandeza de nuestra nación a través de nuestros propios actos.
 
Un samurái moderno debe saber y asumir que sólo existen dos tipos de decisiones: las que se hacen bien y las que se hacen mal. Cuando un hombre o una mujer deciden actuar por algo y sobre todo en el ambiente de Poder, lo tienen que hacer aceptando la responsabilidad de sus actos. Haga lo que haga, debe saber por qué lo hace y luego seguir adelante con sus acciones sin tener cabida a dudas o remordimientos.

Una vez que ponga en marcha un plan no debe anidar pensamientos encontrados y mucho menos preocupaciones. Un samurái moderno siempre actúa sin lamentos ni vacilaciones. Los buenos resultados dependen de la aceptación de la estrategia trazada y que los procedimientos que desarrolla son los correctos. Si esto es así los continuará realizando sin tener dubitaciones. Si por el contrario falla en su intento tendrá que asimilar su pérdida momentánea, pero nunca abandonarse a la pena.

El mundo está constituido por pares contrarios: lo bueno y lo malo; lo frío y lo caliente; el día y la noche; el amor y el odio; la vida y la muerte; la luz y la oscuridad, entre una infinidad de ejemplos, y por lo mismo es inaplazable tomar decisiones para vivir.

La decisión es como un eco que regresa metamorfoseado en consecuencias para afrontar y por eso un samurái moderno sabe que todos sus actos implican responsabilidades, pero no por esto se inmoviliza, sino por el contrario preserva el desarrollo de tácticas para triunfar, es decir, mantenerse y acrecentar posicionamiento.


La gran mayoría de las personas basan su actuación social en criterios de cómo creen que se ven y cómo juzgan a los otros, sin ponerse a pensar que la realidad es un desafío que debe asumirse con sentido y voluntad.

La mejor manera de afrontar al mundo es tomar todo lo que se nos presenta como un reto y la mejor manera para transitar los caminos de la vida es como un samurái moderno, que siente y hace sentir que cualquier cosa que desarrolla es un combate donde va todo su ser.

Si no sigue por esta ruta, estará secuestrado en la creencia -bastante extendida- de aceptar que todo o es una bendición, o bien, una maldición, lo cual significa transitar por la vida en un bote a la deriva, dependiendo del juego perverso recompensa-castigo. La verdad es que no se puede andar por la vida jugando a los dados.

Ser samurái moderno no es un asunto aleatorio o coyuntural, como si fuera colocarse los calcetines o limpiarse la nariz. Convertirse en uno es una lucha permanente que va formando un carácter sui generis para la toma de decisiones. Para llegar a serlo es necesario adquirir un cúmulo de conocimientos conceptuales para luego traducirlos en práctica pura, y así alcanzar equilibrio.

Un samurái moderno trata todo lo que le rodea con respeto y no pasa por encima de nada o nadie a menos que en verdad tenga que hacerlo para sobrevivir. No deja ningún acto al libre albedrío y si se “mete” con alguien tiene la convicción de lo que está haciendo, asumiendo riesgos y responsabilidades. No anida culpas ni pide perdones innecesarios por cumplir con su cometido.

Vale más tomar decisiones, que vivir en la duda de no hacer nada. Ya tomada una decisión, no hay marcha atrás. Se alcanza el fin o se intentarán otras formas de actuación para lograr eficacia.

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