Quien vive sometido a leyes siempre busca eludirlas,
quien vive inmerso en una sólida DISCIPLINA deja que esta guíe todos y cada uno
de sus actos.
Estas son algunas reglas básicas o
principios de conducta, que apuntan a mantener la Disciplina y el Orden
en el Wuting. Respetando así a los maestros que crearon y desarrollaron
estas disciplinas tan valiosas para nuestra salud y bienestar:
- Comportamiento
en el wuting (salón de prácticas).
Al ingresar al salón de practica se debe saludar con respeto el salón que representa al lugar de practica de los monjes guerreros de shaolin, de igual manera se debe saludar al retirarse. Si la clase ya dio comienzo no se debe caminar por el centro y tanto al entrar como al moverse durante la clase se debe caminar sin cruzarse por delante de los compañeros lo mismo se hará si se esta trabajando en parejas. No se puede fumar. Todos nos comportamos como hermanos, por lo cual no existe el comportamiento como miembros de un matrimonio o pareja. Tampoco es correcto burlarse de los que recién comienzan.
- Cada uno debe poner mucha atención en su trabajo sin distraer a los demás. No se debe conversar, hay que mantener una actitud silenciosa y seria. Disciplina.
- Vestimenta.
No es correcto concurrir a la práctica con pantalones cortos, polleras, bermudas, ropa ajustada o provocativa.
- Elementos
de práctica.
Las armas, los elementos de combate, la música, sahumerios etc., que pertenecen a la escuela, solamente pueden ser utilizados por el shifu o por las personas autorizadas.
- Entrenar el cuerpo y la mente para forjar un espíritu fuerte.
- Tranquilidad en la mente, fluidez en los movimientos y vigor en el espíritu.
- Busca la armonía, la perfección y la sabiduría por encima de cualquier otro deseo u objetivo. Lleva para ello una vida simple y honrada, persiguiendo la verdad, la justicia y la belleza.
- Mantén una postura de apertura mental en lo que respecta a puntos de vista diferentes a los tuyos. Tolerancia y respeto con los demás.
- Si no tienes nada positivo que decir sobre un compañero o persona alguna, no digas nada. Dedícate por completo al auto-perfeccionamiento y así no tendrás tiempo para criticar a nadie.
- Evita la violencia gratuita e innecesaria. Evita cualquier incidente y no uses tus conocimientos marciales salvo en situaciones extremas y si se ha agotado toda vía para solucionar el problema.
- Cultiva estos principios:
Tolerancia
|
Respeto
|
Solidaridad
|
Lealtad
|
Justicia
|
Paciencia
|
Valor
|
Responsabilidad
|
Voluntad
|
Autodisciplina
|
Sin disciplina sólo hay
caos
Sentarse a meditar
El sentarse a meditar debe ser un
compromiso-tarea diario de los guerreros shaolin. Al estar sentado uno debe,
con las piernas cruzadas sobre una almohadilla, mantener los ojos ligeramente
cerrados, el Chi se mantiene por debajo de la región púbica, la columna debe
formar una línea recta entre el cielo y la tierra, mentón recogido y espalda
erguida. De esta manera los meditantes deben mantener su mente en calma,
dejando pasar los pensamientos, como las nubes atraviesan la montaña.
En shaolin cuidan particularmente tres objetos de estudio o desarrollo: Disciplina, estado de Calma y Sabiduría o Madurez. Para observar la Disciplina resultará necesario estar en un estado de calma mental. Una mente tranquila, despertará la sabiduría.
El estar sentado en meditación es un camino a la cultivación personal.
El Zen
En shaolin cuidan particularmente tres objetos de estudio o desarrollo: Disciplina, estado de Calma y Sabiduría o Madurez. Para observar la Disciplina resultará necesario estar en un estado de calma mental. Una mente tranquila, despertará la sabiduría.
El estar sentado en meditación es un camino a la cultivación personal.
El Zen
El
zen es una palabra japonesa, sin embargo el origen de esta escuela se
remonta a China, donde es conocido como Chan. Allí surge a partir
de una síntesis entre el Taoísmo imperante en la región y las ideas budistas
ingresadas desde la India.
La palabra Chan tiene como origen el vocablo sánscrito dhyana, que
significa aproximadamente meditación a la vez que hace referencia a una
condición que está más allá de la dualidad sujeto - objeto.
El zen sostiene que la mayoría de la gente tiende a pensar la palabra yo como haciendo referencia a algo en nosotros que cuenta con una realidad bastante distinta de cualquier otra cosa. Asimismo se suele creer que el mundo cuenta con otra clase de realidad, que es bastante diferente de la realidad del yo, tan diferente que el uno resulta extraño al otro.
Tenemos certeza de que yo es o tiene algo que si quisiéramos podríamos conocer y a la vez damos por sentado que cualquier objeto externo, como una silla, un libro o lo que sea, constituye también una substancia que podríamos conocer. Decimos que yo es mente, alma o espíritu, una substancia más sutil mientras que la silla o el libro son materia burda, capaz de ser desmembrada y usada.
Siguiendo un poco esta línea de pensamiento podemos afirmar "Yo estoy aquí" y "el mundo esta ahí fuera", al otro lado del abismo. Si consideramos como real la percepción de "yo" y el "mundo", se convierte en irreal cualquier posibilidad de ir más allá, hacia la unidad subyacente. Si esta unidad subyacente es real, entonces "yo" y "mundo" pasan a ser solo formas mediante las cuales esta unidad se manifiesta, y la realidad de ambas se torna relativa.
Cuando el budismo afirma que el "yo" y el "mundo" son ilusiones no quiere decir que éstos no existan, sino más bien que no existen de la manera como solemos creer que lo hacen, es decir, como entidades separadas y distintas.
Zen es entonces trascender lo opuesto de yo y mundo, de vida y muerte, de aquí o allá. Este ir más allá no implica un ir a ninguna parte sino más bien un cambio de perspectiva. La comprensión de esto es fundamental en la práctica budista.
Muchas personas creen que meditar es salir de uno mismo, entrar en trance o alcanzar niveles más altos de conciencia. El zen no pretende nada de eso. Yo y mundo son maneras de saber, podemos modificar las maneras de saber pero el conocer en sí permanece inmutable.
Meditación Zen
El zen sostiene que la mayoría de la gente tiende a pensar la palabra yo como haciendo referencia a algo en nosotros que cuenta con una realidad bastante distinta de cualquier otra cosa. Asimismo se suele creer que el mundo cuenta con otra clase de realidad, que es bastante diferente de la realidad del yo, tan diferente que el uno resulta extraño al otro.
Tenemos certeza de que yo es o tiene algo que si quisiéramos podríamos conocer y a la vez damos por sentado que cualquier objeto externo, como una silla, un libro o lo que sea, constituye también una substancia que podríamos conocer. Decimos que yo es mente, alma o espíritu, una substancia más sutil mientras que la silla o el libro son materia burda, capaz de ser desmembrada y usada.
Siguiendo un poco esta línea de pensamiento podemos afirmar "Yo estoy aquí" y "el mundo esta ahí fuera", al otro lado del abismo. Si consideramos como real la percepción de "yo" y el "mundo", se convierte en irreal cualquier posibilidad de ir más allá, hacia la unidad subyacente. Si esta unidad subyacente es real, entonces "yo" y "mundo" pasan a ser solo formas mediante las cuales esta unidad se manifiesta, y la realidad de ambas se torna relativa.
Cuando el budismo afirma que el "yo" y el "mundo" son ilusiones no quiere decir que éstos no existan, sino más bien que no existen de la manera como solemos creer que lo hacen, es decir, como entidades separadas y distintas.
Zen es entonces trascender lo opuesto de yo y mundo, de vida y muerte, de aquí o allá. Este ir más allá no implica un ir a ninguna parte sino más bien un cambio de perspectiva. La comprensión de esto es fundamental en la práctica budista.
Muchas personas creen que meditar es salir de uno mismo, entrar en trance o alcanzar niveles más altos de conciencia. El zen no pretende nada de eso. Yo y mundo son maneras de saber, podemos modificar las maneras de saber pero el conocer en sí permanece inmutable.
Meditación Zen
El
Zen se acerca a esta experiencia trascendente a través de Shikantaza,
que quiere decir "solamente sentarse, practicar solo por
practicar". Se entiende el Shikantaza como la práctica meditativa en
la que la mente está involucrada con intensidad en sentarse solamente, es un
estado intensificado de atención concentrada.
Para el zen entonces, meditar es sentarse; zazen (meditación) es Shikantaza. No existe una meta llamada iluminación, no hay un sujeto en busca del objeto. Si se comprende esto, si se logra la práctica del Shikantaza, se está iluminado. No hay Buda, no hay hombre. Un maestro zen diría: - Matad al Buda- y eso es lo que hay que hacer, matarlo cuando esté en alguna otra parte, en tanto sea objeto, pues lo importante es reasumir la propia naturaleza de Buda. Por eso matar al Buda implica ser el Buda, matar al Buda es también matar al hombre y eso es el zazen, eso es la iluminación, un estar allí sentado.
La manera en que la práctica del zen se hace posible es a través de la convicción, la autoconvicción en la afirmación de que somos el Buda y que la meditación es iluminación por si misma.
Suele decirse que la práctica del zen es difícil. Esta no es difícil por el mero hecho de que resulte arduo conseguir la iluminación. La dificultad reside en mantener nuestra mente y nuestra práctica puras en su sentido original. El zen utiliza el término shoshin, que significa mente de principiante. El propósito de la práctica es mantener siempre pura la mente de ese principiante. Esta mente de principiante es muy difícil de conservar. Shoshin implica una mente abierta, vacía, pronta. A la mente del principiante se le presentan muchas posibilidades.
Las
tres formas correctas de sentarse son: la postura de medio loto (una pierna
cruzada con el pie colocado sobre el muslo opuesto), la postura de loto completa
(ambas piernas cruzadas y cada una colocándose sobre el muslo opuesto), y la
postura normal de sentarse (con las piernas cruzadas pero no ubicadas sobre los
muslos). Cualquiera de ellas servirá.
Es necesario suspender la cabeza para mantener el cuerpo erecto (mantener una energía suave y sensible en la parte superior de la cabeza), hundir los hombros y ahuecar el pecho.
Relaje y abra todo el cuerpo. Coloque la lengua contra el paladar superior. Los labios y los dientes se unen suavemente. Cierre levemente los ojos; esto se llama "bajar las persianas".
Con respecto a las manos, coloque el dorso de la mano izquierda sobre el centro de la palma derecha, frente a la parte inferior del abdomen (tan-tien), de modo suave y flojo, sobre los muslos.
Después, cuando la mente y los pensamientos se hayan aquietado y la zona del ombligo se haya relajado, cuando no haya "yo" ni "otros", y cuando se pueda ignorar totalmente todo pensamiento confuso, entonces se puede poner fin al examen constante y prestar atención al oído (se debe usar la audición interna y no la externa). Un dicho taoísta común dice: "Siempre tenga cuidado de detener a los Cinco Ladrones (alegría, ira, placer, pena y concupiscencia)".
Preste atención a los oídos y el resultado será oídos que no escuchan lo externo; entonces la esperma (ching) puede restablecerse en los riñones (sheng).
Ponga atención a los ojos y el resultado será ojos que no ven lo externo; entonces el espíritu (hun, espíritu sujeto al cielo) puede ser restablecido en el hígado (kan).
Preste atención a la boca y el resultado será el entendimiento tácito, sin habla; entonces el espíritu (shen) puede ser restablecido en el corazón (hsin).
Preste atención a la nariz y el resultado será una nariz que no olerá lo externo; entonces el espíritu (po, espíritu sujeto a la tierra) puede ser restablecido en los pulmones (fei).
Preste atención a la mente y entonces, cuando se aplique el "intento mental", estará sin límites (wu-chi); entonces la mente (I) puede ser restablecida en el bazo (pi).
Ching (energía regenerativa); shen (espíritu humano); hun (espíritu celestial); po (espíritu terretre); i (intento mental); hsin (corazón); kan (hígado); fei (pulmones); pi (bazo) y sheng (riñones), todos pasarán por la restauración; cada uno volverá a su estado natural. Esto da como resultado la manifestación natural del zenit, donde a su vez, surge otro estado de percepción.
Los períodos de meditación deben ser una vez por la mañana, después de caminar y otra vez antes de acostarse. En caso de tener tiempo libre por la tarde, también debe meditarse entonces. No importa si los períodos son largos o cortos; por ejemplo, un cuarto de hora, una media hora o una hora completa; cualquier período de tiempo bastará.
Con el sentarse se pueden alcanzar estados exquisitos. Todo el cuerpo, interna y externamente, estará excepcionalmente confortable y agradable. En la boca, la lengua está oprimida (contra el paladar superior). Esto hará fluir la saliva y sabrá dulce y agradable cuando se la trague. Esto se denomina "completamiento del fuego y el agua". Ésta es la unificación del mercurio (elixir) o chien (cielo) y kun (tierra).
Cuando se empieza a aprender meditación de sentado, las cuatro extremidades se agitarán y se sentirá incomodidad. Los pensamientos serán incontrolables y será difícil detener el proceso del pensamiento. Aún después de un largo tiempo, se detendrá y recomenzará; pero naturalmente con el correr del tiempo, podrá librarse de ellos.
Al comienzo del aprendizaje, es absolutamente necesario prestar atención a la incapacidad de activar el chi. Respire sólo por la nariz; busque dominar esto naturalmente. Para activar el chi es necesario lograrlo a través de la regulación correcta. Entonces, se podrá entrenar el chi; de otro modo será fácil desarrollar una práctica corrupta en la que el intento mental hace que el chi suba, produciendo una congestión en el cerebro. Eventualmente se puede sufrir de un desorden del sistema nervioso. El espíritu se dividirá internamente, causando sufrimientos por enfermedades del corazón y estómago. Si el espíritu cae, entonces puede sufrir de hemorragias de várices, intestinos o rotura de hernia.
Los beneficios de la meditación de sentado llegan después de un largo período de práctica. Cuando todo se une en la abertura y el ombligo, entonces se puede hacer circular el chi. Esto es kung-fu de gran logro, pero no se puede llegar a él sin la enseñanza ortodoxa verdadera.
Estos
seis caracteres juntos forman el Mantra del Gran Brillo de Seis Caracteres,
cada uno de los cuales es capaz de emitir luz brillante.
El
primer carácter es "nan" (Sánscrito: om). Cuando
recitan este primer carácter, todos los fantasmas y espíritus juntan sus manos
de acuerdo a las normas de la práctica; ellos no crearan confusión ni se
revelaran. Este es el primer sonido del mantra.
"Ma
ni" (Sánscrito: mani), significan sabiduría silenciosa.
Con sabiduría uno es capaz de entender todos los principios y es capaz de
extinguirse silenciosamente. También se lo interpreta como
"Separarse de la impureza" que significa dejar todo polvo e
impureza. Puede ser comparado a una perla preciosa la cual es
extremadamente pura, sin impurezas. Cualquier virtud o excelencia que
deseemos hacer brotar de acuerdo a nuestros pensamientos, se realizará.
Todo voto se concretara. Estos son los beneficios.
"Pa
mi" (Sánscrito: padme). Significa luz que ilumina
perfectamente y también se define como "la apertura de un
loto". Es semejante a la maravillosa flor de loto la cual es completa
y sin impurezas. Es la maravillosa mente del Bodisatva Avalokitesvara,
(kuanyin). Esto es "pa mi".
Después
viene "hung" (Sánscrito: hum), que significa
"proteger y sostener". Al recitar este carácter todos los
protectores del Dharma y buenos espíritus vienen para protegernos y
sostenernos. También significa "erradicar desastres" y
"éxito". Recite estos caracteres y todas las dificultades serán
erradicadas.
Recitando
este mantra de los Seis Caracteres de gran Brillo, los inmensurables Budhas, Bodhisatvas y Protectores del Dharma constantemente nos protegerán.
Esta es la fuerza, poder y habilidad de este Mantra que es inconcebible.
Este
Mantra es el profundo, maravilloso corazón original (mente) del Bodisatva Avalokitesvara - el que Contempla los Sonidos del Mundo - .
Sus meritos y virtudes son inmensurables e ilimitados. Si alguien recita el Mantra será protegido por todos los Budhas y Bodhisatvas, así como también por dioses y dragones.
Este Mantra es capaz de destruir nuestra ignorancia y abrir
nuestra sabiduría, someter a los demonios y curar enfermedades, dispersar las
calamidades y prolongar el periodo de vida.
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