La vida supone pasar por buenas y por malas rachas. Pero, los malos momentos a veces parecen eternos… Y precisamente en ese sentido es que hoy queremos ayudarte con algunas ideas que te pueden permitir salir del bache en el que te encuentras sea por el motivo que sea.
Si ahora mismo no estás en tu mejor momento, toma nota de estos mantras para recuperar el ánimo y la energía.
1. “El dolor que siento tiene una razón de ser”
Sentir dolor es una de las características humanas. Si
no lo hicieses, no podrías apreciar todo lo bueno que tiene la vida, ni
tampoco aprenderías lo difícil que son a veces las cosas, y lo fuerte
que debes ser. El dolor tiene una razón de ser: descubrirla, o
aprender a convivir con ella es algo que te llevará tiempo, pero debes
convencerte de que tarde o temprano lo lograrás.
2. “El miedo es una buena razón para empezar a amar”
Sentir miedo es algo habitual: miedo a lo que no conoces. Miedo
a ser lastimada. Miedo a equivocarte. Sin embargo, detrás del miedo hay
ilusión, hay ganas, y todo esto puede indicarte que aquello por lo que
luchas, que te hace sentirte tan asustada, puede ser algo que realmente
valga la pena. Así que, ¡adelante! Que el miedo no te siga manteniendo paralizado ni te haga sentir mal.
3. “Cuando limpio mis pensamientos, limpio también mi vida”
A veces es necesario pasar un tiempo a solas, sin nadie más para entender por qué te afecta de ese modo este mal momento. Entenderte a ti mismoes importante para superarlo. Y una vez superes ese dolor y limpies tus pensamientos más tóxicos, estarás también preparado para mejorar tu vida. Deshacerte de lo malo de tu cabeza es enfrentar la vida con una perspectiva más positiva.
4. “No debo luchar contra el dolor, debo asumirlo”
Luchar contra el dolor es
algo realmente peligroso. De hecho, concentrarte en no experimentarlo
solo te hará sentir peor. ¿Qué debes hacer entonces en esos malos momentos? Simple. Dejar que pase. Has
de sentir ese mal trago y has de experimentarlo. Una vez que haya
pasado, sin darle mayor importancia, estarás preparado para poder
avanzar y estar mejor que ahora.
5. “Soy único, valgo la pena y decido ser feliz”
Cuando pasas por un momento de debilidad,
es probable que te sientas realmente pequeño, que no vales nada. Debes
convencerte de todo lo bueno que has hecho, de lo que has logrado, y de
las características que te hacen especial. Porque no hay duda de
que lo eres. Si no te lo crees hoy, repítelo mañana, y así hasta que
logres el efecto que estás buscando. ¡Funciona de verdad!
“El camino más largo es el camino más corto” Daidoji Yuzan
Hace ya cierto tiempo, cuando tuve el placer de ver por primera vez el clásico Los siete samuráis de Akira Kurosawa,
hubo una escena que me dejó especialmente pensativo, qué coño, fue toda
una revelación. Tras la discusión entre los campesinos sobre qué hacer
ante la amenaza de los bandidos, acuden al anciano de la aldea en busca
de consejo y este les dice que deben contratar samuráis para defenderse.
Entonces, un campesino advierte con temor: “nuestras muchachas se
vuelven locas por los samuráis…”. Y efectivamente más adelante vemos
cómo su hija acaba dejando que le mancillen la honra repetidas veces. La
conclusión apareció entonces deslumbrante ante mis ojos: si adoptaba
las maneras de un samurái conseguiría seducir a alguna incauta. Dado que
en Bilbao no había ningún otro, el éxito sería aún mayor.
Solo me faltaba conocer sus costumbres, sus valores y sus hazañas. Así que me enfrasqué en la lectura de grandes maestros como Daidoji Yuzan, Inazo Nitobe, Musashi Mjiyamoto o Hakuin Ekaku
entre otros, aun a riesgo que del poco dormir y mucho leer se me secase
el celebro¹ de manera que viniera a perder el juicio. Lo que sigue a
continuación es lo que saqué en claro.
Los
samuráis fueron una casta de guerreros profesionales al servicio de un
señor feudal, de hecho esa palabra significaba originalmente
“asistente” —aunque algunos no tenían amo y eran conocidos como ronin—
que perduró generación tras generación desde aproximadamente el siglo
VIII hasta el XIX. El código de conducta por el que se guiaban se
llamaba bushido (bu-shi-do: guerrero-caballero-camino) y tenía
elementos de confucianismo, budismo y sintoismo. Como eran guerreros que
tenían que cultivar tanto el cuerpo como la mente, a menudo además de
ir por ahí cortando cabezas escribían poemas breves (haikus) o
tratados más extensos: sobre estrategia militar, buen gobierno o en
general el sentido de la vida y los deberes éticos que un samurái debía
tener. El bushido no era por tanto un libro canónico o una
tabla de mandamientos, sino un disperso conjunto de recomendaciones que
los propios samuráis iban elaborando y transmitiendo con el paso de los
siglos.
Sus antecedentes los
encontramos en los monjes Shaolin de China, quienes aprendieron de un
maestro budista procedente de la India, Bodhidharma,
quien les enseñó meditación y gimnasia con tal acierto que, dice Nitobe,
“los monjes que practicaron estos ejercicios se hicieron fuertes y
lograron una gran capacidad de concentración y así pudieron aguantar sin
dormirse durante las charlas de Bodhidharma sobre budismo”. Lo cual
sugiere que como orador no debía ser demasiado divertido.
Posteriormente, esas enseñanzas fueron adaptadas y ampliadas dando el
salto a Japón, cuyas interminables guerras feudales serían el caldo de
cultivo del samurái. Autoretrato de Hakuin Ekaku
Uno de ellos fue Hakuin Ekaku
(1686-1769), heredero de un linaje de guerreros que se convirtió desde
muy joven en un monje zen para poder dedicarse a desentrañar koans. Los koans
son paradojas irracionales en las que pensar durante largo tiempo ya
que encierran el dilema de la vida. Hay cientos de ellos, como por
ejemplo “imaginar el palmoteo de una mano”, “¿Quién lleva su propio
cadáver?” o “sentir anhelo por la madre antes de ser uno concebido”.
Pues bien, tan intensamente se dedicó a estas cavilaciones que con 20
años sufrió una grave crisis mental. Afortunadamente logró sanarse
gracias a los consejos de un ermitaño y pudo dejarnos escritas grandes
reflexiones. En primer lugar, nos dice, lo que toda persona debe
aprender —y más aún si es un samurái— es el desapego hacia la vida, la
valentía. Alguien que se asusta hasta del “ruido de una rata defecando”,
señala, se alejará del camino de la iluminación y también de la verdad
mundana. Concretamente, explica:
“Si
siempre tienes la esfera del ombligo, el océano de energía, el campo
del elixir y el espacio entre la cintura y las piernas lleno de energía
mental, y si no permites que mengüe un solo instante, aunque estés
ocupado con tu trabajo o recibiendo a invitados, entonces la energía
básica te llenará de manera natural el campo de elixir, y tendrás el
bajo abdomen un poco redondeado, como una pelota a medio hinchar”.
Llegados
a este punto, habrá lectores que dirán “bien, ¿y esto qué cojones
significa?”. Una pista para comprenderlo es que el bajo abdomen es para
la cultura japonesa el lugar que alberga los sentimientos. Aunque a lo
mejor simplemente es que Hakuin nunca llegó a recuperarse del todo de
esa crisis mental. Lo dejo a la interpretación de cada uno, como si
fuera un koan.
Pero el autor que configuró con más nitidez el bushido sin duda fue Musashi Mjiyamoto (1587-1645) en El libro de los cinco anillos.
De él se dice que mató a su primer hombre a los 13 años y que nunca se
peinó, tomó un baño, se casó, construyó una casa ni crió ningún hijo.
Participó en más de 60 duelos y nunca perdió hasta que a los 29 años se
retiró a una cueva, donde continuó perfeccionando su estilo durante las
tres décadas siguientes y dejó escritos sus pensamientos. Sus principios
fundamentales eran estos:
1. Gi: honradez y justicia en la acción. 2. Yu: valor heroico y bravura en la acción. 3. Jin: compasión o amor universal. 4. Rei: cortesía. 5. Melyo: honor. 6. Makoto: sinceridad absoluta. 7. Chugi: deber y lealtad.
En la práctica la felicidad es un concepto engañoso.
Algunas personas lo asocian a la idea del cuerpo perfecto y la sonrisa
'happy' siempre en la cara. La tristeza, el enfado o el miedo parecen
impedirnos ser felices y hay que evitarlos.
Es el perfeccionismo tóxico que promueven redes sociales,
donde todos parecen ser perfectos y realizar actividades muy
emocionantes, menos tú, que estás de bajón en un momento pantufla donde
lo máximo que consigues es moverte de un sofá a otro. Las redes para
estas emociones son asociales. Sin embargo, son positivas y necesarias
porque nos indican un camino de cambio y nos recuerdan que somos seres
humanos y no dioses del Olimpo.
Es normal equivocarse y volver a intentarlo o rectificar que es de sabios.
En
las antípodas están todos aquellos que tienen dificultades para
conseguir sentirse felices o, al menos, disfrutar de lo que ya tienen, y
se enganchan al sufrimiento. Como Tania que tuvo una infancia difícil
debido a la prematura muerte de sus padres, pero ahora su vida con 33
años está estabilizada. Es como si se hubiera puesto una máscara de gas
para sobrevivir a la guerra de su infancia y no sabe quitársela para
vivir en tiempos de paz. Puede llegar a tener lo que quiere, pero desde
luego no puede disfrutarlo. No se me ocurre un boicot peor a uno mismo
que no poder gozar de los placeres del presente porque se vive en el dolor del pasado o el temor del futuro.
ENTRENAMIENTO
Mahatma
Gandhi dijo: "Sé el cambio que quieras ver en el mundo". Por eso, te
invito a practicar un programa para el desarrollo de la felicidad en 12
pasos que es la versión adaptada del de Psicoterapia Positiva del propio
Seligman y Rashid, del 2011. Los científicos creen que en el cerebro
las emociones negativas y las positivas se encuentran en áreas bien
diferenciadas. Las primeras nos protegen y se relacionan con el
hemisferio derecho, asociadas al cerebro límbico, mientras que las
segundas animan a avanzar y están en el hemisferio izquierdo e implican a
las zonas relacionadas con la corteza cerebral, el cerebro que piensa.
Hay que entrenar para ello las dos partes del cerebro. Con el tiempo y
la práctica, las vías neuronales asociadas con la satisfacción con la
vida se fortalecerán y se sentirá más feliz sin tener que buscar la
felicidad.
Paso 1. Tu presentación positiva.
Escribe en una página una presentación que muestre lo mejor de ti mismo,
lo que has conseguido, cómo utilizas tus mejores fortalezas y léela
cada día.
Paso 2. Identifica tus fortalezas. Cumplimenta el cuestionario VIA. Una vez halladas tus cinco mejores cualidades, escribe situaciones en las que éstas te han ayudado.
Paso 3. Tres cosas positivas. A partir de hoy recuerda cada noche tres cosas buenas que has conseguido o que te han sucedido.
Paso 4.
Emociones negativas. No es necesario estar siempre feliz. Descubre lo
que te enfada, te pone triste o te asusta. Sólo reconoce esos
sentimientos sin juzgarlos y escríbelos en tu cuaderno.
Paso 5. Carta
de perdón. El perdón es una herramienta capaz de transformar los
sentimientos de ira y amargura en positivos. Escribe una carta de perdón
en la que describas una afrenta y promete perdonar a quien la cometió,
aunque la llegues a enviar.
Paso 6. Carta de
agradecimiento. Escribe una misiva de gratitud a alguien a quien no tuvo
ocasión de mostrar tu agradecimiento personalmente, ésta si puedes
entregarla a la persona.
Paso 7. Satisfacción
personal. Aquellos que saben disfrutar cuando las cosas son "lo bastante
buenas" son más felices que aquellos que buscan siempre la perfección.
Dí hoy: "Me acepto a mí mismo y a los demás, tal y como son". Valora lo
que ya funciona y no aquello que te falta para la perfección.
Paso 8. Puertas
que se abren, puertas que se cierran. Piensa en tres asuntos de tu vida
que no funcionaron y en otras tres puertas que se abrieron. Fracasar es
un paso previo al éxito.
Paso 9. Las fortalezas de tu pareja. Escribe los puntos fuertes de tu pareja y concierta una cita para compartir su valoración.
Paso 10.
Las fortalezas de tu familia. Piensa en tus padres, tus hijos, hermanos
o mejores amigos. Haz un árbol genealógico de los puntos fuertes de
cada uno, es tu herencia positiva.
Paso 11.
Saboreo. Significa apreciar con sus cinco sentidos y con atención plena
alguna actividad placentera. Si paseas, por ejemplo, siente la
intensidad de la luz, la temperatura, los olores, las sensaciones. Es
una técnica que aumenta la intensidad y duración de la emoción positiva.
Paso 12. Regalar tiempo. El altruismo ayuda a
la felicidad. Hoy puedes donar su tiempo a otra persona haciendo algo
que ayude y ponga en funcionamiento alguna de sus fortalezas.
Isabel Serrano-Rosa es psicóloga de www.enpositivosi.com
Sé honrado en tus tratos con todo el mundo. Cree en la justicia, pero
no en la que emana de los demás, sino en la tuya propia. Para un
auténtico samurái no existen las tonalidades de gris en lo que se
refiere a honradez y justicia. Sólo existe lo correcto y lo incorrecto.
2. Rei (respeto, cortesía)
Los samuráis no tienen motivos para ser crueles. No necesitan
demostrar su fuerza. Un samurái es cortés incluso con sus enemigos. Sin
esta muestra directa de respeto no somos mejores que los animales. Un
samurái recibe respeto no sólo por su fiereza en la batalla, sino
también por su manera de tratar a los demás. La auténtica fuerza
interior del samurái se vuelve evidente en tiempos de apuros.
3. Yu (coraje)
Álzate sobre las masas de gente que temen actuar. Ocultarse como una
tortuga en su caparazón no es vivir. Un samurái debe tener valor
heroico. Es absolutamente arriesgado. Es peligroso. Es vivir la vida de
forma plena, completa, maravillosa. El coraje heroico no es ciego. Es
inteligente y fuerte. Reemplaza el miedo por el respeto y la precaución.
4. Meiyo (honor)
El auténtico samurái solo tiene un juez de su propio honor, y es él
mismo. Las decisiones que tomas y cómo las llevas a cabo son un reflejo
de quien eres en realidad. No puedes ocultarte de ti mismo.
5. Jin (benevolencia)
Mediante el entrenamiento intenso el samurái se convierte en rápido y
fuerte. No es como el resto de los hombres. Desarrolla un poder que
debe ser usado en bien de todos. Tiene compasión. Ayuda a sus compañeros
en cualquier oportunidad. Si la oportunidad no surge, se sale de su
camino para encontrarla.
6. Makoto (honestidad)
Cuando un samurái dice que hará algo, es como si ya estuviera hecho.
Nada en esta tierra lo detendrá en la realización de lo que ha dicho que
hará. No ha de “dar su palabra.” No ha de “prometer.” El simple hecho
de hablar ha puesto en movimiento el acto de hacer. Hablar y hacer son
la misma acción.
7. Chuugi (lealtad)
Para el samurái, haber hecho o dicho “algo”, significa que ese “algo”
le pertenece. Es responsable de ello y de todas las consecuencias que
le sigan. Un samurái es intensamente leal a aquellos bajo su cuidado.
Para aquellos de los que es responsable, permanece fieramente fiel.
Las palabras de un hombre son como sus huellas; puedes seguirlas donde quiera que él vaya. Cuidado con el camino que sigues.
Uno
de los más grandes samuráis de toda la historia que vivió durante el
Japón feudal. Sus combates se contaban por victoria y su habilidad era
tal superior a la de sus rivales que en muchas ocasiones utilizaba dos
espadas de madera (bokken y kodachi) porque no necesitaba un filo para
derrotar a sus contrincantes. Al final de su carrera escribe uno de los libros más famosos de toda la historia de Japón, y de la historia de los samuráis, el libro de los cinco anillos (Go Rin No Sho), en el que compila todos sus conocimientos.
Es
absolutamente imposible escribir esta ciencia con la precisión con la
que la entiendo en mi corazón. Sin embargo, aunque las palabras sean
insuficientes, los principios deben ser evidentes por sí mismos.
Debes entender que hay más de un camino a la cima de la montaña
Si
el enemigo piensa en la montaña, imponle el mar; y si él piensa en el
mar, imponle la montaña. Éste es el Camino de la estrategia. Esto es
propio para que lo investigues cuidadosamente
La única razón por la que un guerrero está vivo es para luchar, y la única razón por la que lucha es para ganar.
Puedes abandonar tu propio cuerpo, pero nunca abandones tu honor
Conoce a tu enemigo, conoce su espada.
La observación y la percepción son dos cosas separadas; el ojo que observa es más fuerte, el ojo que percibe es más débil.
Cuando
miro a la sociedad, veo que la gente convierte las artes en ganancias
comerciales; se considera a sí misma como mercancía e incluso lleva a
cabo mejoras como si fuera un objeto de comercio. Distinguiendo lo
superficial y lo sustancial, encuentro que esa actitud tiene menos
realidad que la decoración»
Que el maestro se vuelva aguja y el discípulo hilo y que los dos entrenen sin descanso
Piensa a la ligera de ti mismo, y con profundidad del mundo
No hagas nada que no sea útil
Si quieres controlar a los demás, primero deberás controlarte a ti mismo.
Para conocer una cosa bien, debes conocer al menos otras cien cosas.
Solo puedes luchar de la forma en la que prácticas.
La victoria de hoy es sobre tu yo de ayer, la de mañana será sobre un hombre inferior.
No te arrepientas de lo que has hecho.
Todos los hombres son iguales excepto por su creencia en sí mismos, independientemente de lo que otros puedan pensar de ellos.
Frases de Yamamoto Tsunetomo
Si
bien Yamamoto no fue un samurái tan celebre como Musashi, sus obras
escritas sí que pueden estar a la par de importancia. Es el autor del
libro del Hagakureque posteriormente sería la base del Bushido, el camino del guerrero y el código ético de los samuráis.
Las
vidas de los samuráis debían estar regidas estrictamente por el honor y
la lealtad llegando a la muerte por encima de su vida.
El Samurái debe obrar sin dudar, sin confesar el más mínimo cansancio ni el más mínimo desánimo hasta concluir su tarea.
Es
por esto que un samurái debe conocer sus debilidades y pasar la vida
corrigiéndolas sin jamás tener el sentimiento de haber hecho ya lo
suficiente.
Hay pocos problemas realmente importantes, sólo se presentan dos o tres en toda una existencia.
Ata incluso a un pollo ya asado
Continua espoleando a un caballo que ya está corriendo
Un samurái valiente no piensa en términos de victoria o derrota, combate siempre hasta la muerte.
Si
uno no se mete dentro de su cabeza desde el principio que el mundo está
lleno de situaciones deshonrosas, la mayor del tiempo su actitud será
pobre y no será considerado por los demás.
Es necesario saber concentrarse en una sola cosa, todos los oficios deben ser realizados con concentración.
Si uno lanza sin vigor, siete de cada diez acciones no llegan a término.
Hacer una cosa sólo en el propio beneficio es superficial y se vuelve negativo.
Un samurái no debe ni beber demasiado ni estar demasiado seguro de sí mismo, ni darse a la lujuria.
En cuanto se empieza a palpar el triunfo, se vuelven proclives a estar satisfechos de sí mismos.
Es bueno encontrarse con dificultades en la juventud, porque el que no ha sufrido jamás, no ha templado plenamente su carácter.
La mejor actitud respecto a las palabras es no usarlas.
Valentía es no rendirse jamás; luchar hasta el final.
Para seguir la vía uno debe sacrificar su propia vida.
La riqueza del tiempo de paz es permitir la preparación para tiempos de guerra.
El
bushido se realiza en presencia de la muerte. Esto significa que cada
vez que haya que elegir entre vida o muerte, se debe elegir la muerte.
No hay otro razonamiento.
Si
mediante un corazón recto, cada mañana y tarde uno es capaz de vivir
como si su cuerpo estuviera muerto, es que ha ganado la libertad en el
camino.
La pureza es algo que no puede ser alcanzado excepto apilando esfuerzo tras esfuerzo
Frases del Bushido
El camino del guerrero, o Bushido,
un código ético y conducta del japón feudal donde se encontraba el
modelo de comportamiento que debía de seguir, especialmente todo
samurái: la rectitud, el coraje, la benevolencia, la cortesía, la sinceridad, el honor, la lealtad y el autocontrol. Inazo Nitobe fue uno de los mayores valedores y nombres relacionados al Bushido, del que dan origen citas como las siguientes:
Bu-shi-do significa
literalmente “militar-caballero-camino”: el camino que los nobles
guerreros debían de seguir en su vida cotidiana, así como en el
ejercicio de su vocación; en una palabra, los “preceptos del caballero”.
Samuráis que significa literalmente, como en el inglés antiguo cniht (knight en el moderno), “guardas” o “vigilantes”.
Nada es más repugnante para él que los tratos arteros y las acciones deshonestas.
La
rectitud es el poder de decidir respecto a un determinado tipo de
conducta, conforme a la razón, sin titubeos; morir cuando es correcto
morir, atacar cuando hay que atacar.
Percibir lo correcto y no hacerlo demuestra falta de coraje. – Confuncio
El
aspecto espiritual del valor se evidencia mediante la compostura, la
serena presencia de ánimo. La tranquilidad es el coraje en reposo.
La
benevolencia se consideraba una virtud soberana en un doble sentido:
soberana entre los múltiples atributos de un espíritu nombre y soberana
por ser particularmente adecuada para la función de un soberano.
La
cortesía se convierte en una virtud mediocre si sólo la impulsa el
miedo a ofender al buen gusto; ha de ser una manifestación externa del
respeto hacia los sentimientos de los demás.
Sin veracidad y sinceridad, la cortesía es tan sólo farsa y apariencia.
La sinceridad es el principio y el fin de todas las cosas; sin sinceridad no habría nada. – Confuncio
Cualquier
infracción contra la integridad del buen nombre (honor, la reputación
propia, “la parte inmortal de uno mismo, del que el resto es parte
animal”), se sentia como una vergüenza, y en el sentido de la venganza (Ren-chi-shin) era uno de los que se fomentaba a edad más temprana.
Dentro de la moralidad, el homenaje y la lealtad a un superior, constituyen un rasgo distintivo.
La palabra chi que se empleaba para denotar “intelectualidad”, se refería más bien a “sabiduria”en primera instancia, otorgando al “conocimiento” el segundo nivel.
El armazón del Bushido era Chi, Jin Yu, respectivamente: sabiduría, benevolencia y coraje.
La
disciplina de la fortaleza, que por un lado inculca la resistencia sin
queja, y por otro enseña la cortesia, exigiéndonos no estropear el
placer o la serenidad de otros mediante la expresión de nuestra propia
tristeza o dolor.
El hara-kiri (o seppuku) era
un proceso en el cual los guerreros podían expiar sus crímenes, excusas
sus errores, escapar de la deshonra, redimir a sus amigos, o probar su
sinceridad.
Para el Bushido, la espada era el emblema de poder y valor.
Lo
que lleva en su cinturón es un símbolo de lo que lleva en su mente y en
su corazón: la lealtad y el honor. Las dos espadas, la más larga y la
más corta, llamadas respecticamente daito y shoto o katana y wakizashi, nunca se separan de él.
El
ideograma chino que significa “lo misterioso”, “lo desconocido”, se
compone de dos partes, una significa “joven”, y la otra “mujer”.
El ideal del Bushido de la femineidad era fundamentalmente doméstico.
La
entrega de la mujer por el bien del marido, el hogar y la familia era
tan voluntaria y honorable como la entrega del hombre por el bien de su
señor y su país.
27 frases del Camino del Samurai que te enriquecerán:1. “Al dar consejo, debéis discernir primero si la otra persona está dispuesta a aceptarlo o no”. 2. “Los espectadores ven más que los jugadores”. 3. “Escuchar a otros hablar y leer libros es necesario para mantenerse cercano a las enseñanzas de la generación previa”. 4. “Si os adentráis en el camino inexplorado, al final aparecerán infinitos secretos”. 5. “No sé nada acerca de cómo superar a otros. Sólo conozco el modo de superarme a mí mismo”. 6. “Aquellos que nunca han cometido un error están en peligro”. 7. “Si vuestro ojo es lo suficientemente capaz de ver buenas
cualidades en otros que aparentemente son inferiores a vosotros,
entonces ellos pueden ser vuestros maestros”. 8. En una fiesta: “Hay demasiados ojos presentes en la fiesta. Debéis ser cautos”. 9. En relación a las distracciones: “no podréis desarrollar la mayoría de las habilidades y destrezas adquiridas” 10. “En caso de enfermedad u otros problemas vuestro aparente amigo
se mantiene apartado de vosotros. Entonces puede considerarse un
cobarde”. 11. “Los samurais calculadores…piensan en la muerte como una pérdida y
en la vida como una ganancia…es por ello que se convierten en
cobardes”. 12. “Es necesario enfrentarse a los problemas con coraje y júbilo…si la marea sube, el barco sube también”. 13. “Decidíos mientras respiráis siete veces”. 14. “Si se piensa demasiado se llegan a conclusiones comunes y banales”. 15. “Aquellos a los que les gusta ser de ayuda para otros, seguramente son apreciados”. 16. “El modo de sobresalir por encima de los otros es hacer que los otros hablen de vosotros y os juzguen”. 17. “Cuando escuchéis a otros hablar, escuchadlos seriamente…permitidles hablar libremente y sin interrupción”. 18. “Yo conozco el don de la victoria siempre. Sólo he aprendido a no dejar pasar el momento adecuado”. 19. “En este mundo que cambia tan rápidamente, no es necesario agarrarse ni al pesar ni al placer”. 20. “Los hombres pequeños son muy ruidosos; causan alboroto, discuten y parlotean”. 21. “Podéis trabajar libremente y de un modo efectivo sin ningún tipo de empujón“. 22. “Si estáis tratando de resolver un problema del que sois un
experto, cuanta mayor sea la dificultad del problema, más se agudizarán y
aumentarán vuestros talentos”. 23. “Ganar es vencer a tu propio lado. Vencerse a uno mismo es superar el cuerpo con la mente”. 24. “Cuando estéis discutiendo es mejor que digáis: responderé más tarde después de haberlo considerado mejor“. 25. “Con la prudencia seréis presos de dudas y tendréis muchas dificultades para tomar una decisión definitiva”. 26. “Sólo aquellos que han cometido algunos errores pueden asimismo acometer grandes tareas”. 27. “Es mejor que no habléis más de lo necesario. Y decid cuantas
menos palabras mejor y en buen orden. Muy menudo caéis en desgracia
cuando habláis descuidadamente y, por casualidad, reveláis vuestra
vergüenza”.