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jueves, 30 de julio de 2020

lunes, 23 de septiembre de 2019

EL VIEJO SAMURÁI

En las frases e historias orientales encontramos una enorme sabiduría que podríamos considerar clásica porque todavía hoy, pese a los siglos que han pasado, siguen gozando del gusto de la relevancia y la pertinencia. Por eso ahora nos centramos en otra de esas bellas historias con una gran lección de vida, la del viejo samurái.

Una de las muchas fases que se le atribuyen a Buda dice que “estamos en este mundo para convivir en armonía. Quienes lo saben no luchan entre sí”. Una sabia sentencia que tal vez sea útil para saber cómo dar respuesta adecuada a una provocación. Así pues, conozcamos ya la historia del viejo samurái, muy similar en este sentido.

El viejo samurái

Cuenta la historia hace tiempo vivía en las cercanías de Tokio un viejo samurái vencedor en muchas batallas, motivo por el que era muy respetado. Sin embargo, su tiempo como luchador había pasado.
No obstante, toda su sabiduría y experiencia era aprovechada por los jóvenes, a los que el anciano guerrero enseñaba. Aun así, una leyenda pendía en torno al samurái, y es que por muchos años que hubieran pasado, podía vencer a cualquier rival, por formidable que fuera.
Un verano en su casa apareció un guerrero célebre por ser poco caballero. Su carácter provocador creaba malestar en sus adversarios, que bajaban la guardia movidos por la ira y atacaban con ceguera. Por eso se propuso vencer al viejo samurái, para incluir su fama dentro de la leyenda propia que pretendía escribir con su actitud.
Samurái con caballo
Sin embargo, este guerrero de oscuras artes poco pudo hacer para provocar al anciano. Y por más que pasaban las horas, el samurái no sacó la espada, lo que hizo que su enemigo se diera por vencido y se sintiera humillado.
Pero los alumnos del anciano se sintieron muy molestos por lo que consideraban cobardía por parte de su maestro. Así pues, reprocharon al samurái que no blandiera la espada, lo que este respondió que igual que un regalo que te hacen y no aceptas pertenece a quien lo vino a entregar, también la ira, la rabia y los insultos, al no ser aceptados, son propiedad de quien los profirió. Salvo que los aceptes y los tomes como tuyos, claro.

Qué podemos aprender de la historia del viejo samurái

Como imaginas, podemos aprender valiosas lecciones de la historia de este viejo y sabio samurái. Porque en realidad, todos cargamos con insatisfacciones, ira, frustraciones, culpa y miedo. Sin embargo, eso no significa que debamos contagiar nuestra frustración a otras personas.
“Aferrarse a la ira es como agarrarse a un carbón caliente con la intención de tirárselo a alguien; tú eres el que te quemas”.
-Buda-
No obstante, por más cargas que portemos, siempre encontramos a otras personas mucho más tóxicas que nosotros mismos. Personas destructivas que se disfrazan con la intención de ayudar para perjudicar, generar culpa, restar valor a nuestro esfuerzo y alimentar nuestros miedos e inseguridades.
Sin embargo, si somos capaces de responder, pero no de reaccionar, podríamos mantener esa serenidad que cualquier momento requiere. Es decir, que si no entramos en sus provocaciones, en aceptar sus regalos envenenados, respondiendo de forma consciente y evitando sus presentes tóxicos, evitaremos el contagio de su veneno.
Viejo samirái al atardecer

Aprendamos a responder de forma consciente

Si aprendemos a responder de forma consciente a las provocaciones en lugar de reaccionar casi como resortes, será más difícil que nos ofendan. De esta forma no estamos indefensos, pues no nos sentimos atacados por necedades. Para ello es muy útil:
  • Descubrir qué nos hace reaccionar y en qué situaciones perdemos el control. Así podemos racionalizar para evitar estos estallidos.
  • Dejar atrás el pasado. Lo hecho, hecho está, pero no podemos vivir siempre con vergüenza o miedo por lo que sucedió tiempo atrás. Aprendamos para que no se repitan errores, porque ese aprendizaje es precisamente el que nos fortalece y el que nos da seguridad, pese a no haber acertado.
  • En este caso, controlar las emociones será muy útil. Si nos dejamos llevar, es fácil perder el control. Si racionalizamos, identificamos eso que nos puede hacer daño y lo racionalizamos, estaremos preparados para evitar todo tipo de toxicidad.
“Cualquier palabra debe ser elegida con cuidado por las personas que la escucharán y serán influidas para bien o para mal”
-Buda-
Un popular refrán dice que “no daña quien quiere, sino quien puede”. Así que en nuestra mano está, igual que hizo el viejo samurái, aceptar o rechazar lo que el otro pretende que asumamos como nuestro.

martes, 8 de enero de 2019

SER SAMURÁI



  • 1
    Practica el gi (la integridad). Tradicionalmente, los samuráis vivieron según el código moral y ético conocido como bushido. Si bien es cierto que los samuráis han desaparecido, las virtudes centrales del código bushido siguen describiendo una vida honorable y moral que se puede seguir perfectamente en la actualidad. La primera de estas virtudes es la integridad.[2] Un samurái siempre se esfuerza por hacer lo correcto, incluso (y en especial) cuando es difícil. Un samurái escoge el camino que es mejor para un bien mayor cuando se le presenta decisiones difíciles, incluso si no es lo mejor para sí mismo.
    • Un ejemplo moderno: Kate por casualidad comete un error cuando postula para la universidad en línea. En lugar de brindar su correcta calificación promedio de la preparatoria de 3.5, escribe 3.9. Kate luego nota su error, pero solo después de que envió la solicitud. A pesar de que el error la hace ver como una mejor candidata, y está muy segura de que nadie lo notará, envía un correo electrónico al Departamento de Admisiones para comunicar su error para asegurarse de que se le juzgue justamente para preservar su honor.Imagen titulada Be a Samurai Step 2
  • 2
    Practica el yuuki (el coraje). Los samuráis no huyen de hacer actos difíciles (incluso si son imposibles). Se presentan con un rostro fuerte y se esfuerzan para desempeñar su deber incluso si se enfrentan a unas circunstancias intensas y a unas probabilidades poco probables. Ten en cuenta que esto no quiere decir que un samurái nunca tiene miedo. Todas las personas se asustan. En lugar de ello, un samurái sigue esforzándose para completar la labor que tiene que hacer.
    • Un ejemplo moderno: Joe tiene miedo de volver al campo de fútbol después del medio tiempo. Su equipo está perdiendo, los jugadores del otro equipo lo insultan después de cada juego y él sabe que su entrenador lo avergonzará en los casilleros por las intercepciones que ha lanzado en el primer cuarto de tiempo. Después de un corto momento de reflexión, él regresa al campo con la cabeza erguida. En su mente, su objetivo es tener el mejor segundo tiempo a pesar de su miedo y de las probabilidades difíciles que enfrenta.Imagen titulada Be a Samurai Step 3
  • 3
    Practica el jin (la amabilidad o la benevolencia). Si bien es cierto que los samuráis se recuerdan en la actualidad principalmente por su fiereza en el campo de batalla, en sus vidas diarias, fueron de todo menos crueles. El samurái ideal era un acompañante cálido con sus amigos (aunque siempre fue digno), sus familiares y los desconocidos; trataba a las personas que conocía con amor y compasión. En la actualidad, puedes seguir la virtud del jin al esforzarte al máximo para vivir una vida llena de amabilidad humana, incluso cuando te topas con personas que no se lo merezcan en especial.
    • Un ejemplo moderno: el nuevo estudiante en la escuela es una persona rara, no habla con nadie, no parece tener una buena higiene y actúa nerviosamente cuando tiene que hablar en frente de las personas. Shawn lo ve sentándose solo en una esquina de la cafetería y decide sentarse a su lado y esforzarse para entablar una conversación. Ya sea que el nuevo estudiante resulte ser el tipo de persona que simplemente es tímida o una persona que es tan extraña como todas las personas han dicho que es, sigue mereciéndose la misma compasión que Shawn le daría a cualquiera de sus amigos.Imagen titulada Be a Samurai Step 4
  • 4
    Practica el rei (la cortesía y la etiqueta). Lo creas o no, los samuráis se esforzaban por ser unos caballeros perfectos en sus interacciones diarias y se esforzaban para ser mortales en el campo de batalla. Esta virtud difiere del jin (la amabilidad) en el hecho de que describe un conjunto preciso de costumbres y comportamientos sociales que constituían la cortesía en Japón en ese tiempo. Si bien es cierto que puede ser poco práctico participar en las ceremonias de té del periodo feudal de Japón, puedes practicar el rei al actuar según las nociones modernas de la cortesía y la etiqueta de los caballeros y las damas.
    • Un ejemplo moderno: por alguna razón, al cajero en la tienda de comestibles no le agrada Kim. Siempre que pasa por la caja, él frunce el ceño y no dice nada más que "¿Quieres algo más?". Kim no está segura si al cajero no le agrada la manera en que se ve, ya sea que dijo un comentario con el que no concordó en el pasado o si el problema se trata de otro tema totalmente diferente. A pesar de esto, ella decide saludarlo con una sonrisa y con una conversación cortés todos los días. Quizás algún día, él aprenderá a actuar de la misma forma.Imagen titulada Be a Samurai Step 5
  • 5
    Practica el makoto (la honestidad). Un samurái debía ser honesto en sus palabras y en sus acciones. El código bushido dictaba que siempre se debía decir la verdad, no se debía mentir intencionalmente y nunca se debía actuar intencionalmente de una manera para hacer trampa o engañar a una persona. Actuar de esta forma era demostrar respeto por las leyes de la naturaleza del universo y del cosmos, y nunca actuar de manera deshonesta. Por ello, el samurái debía actuar de esta forma.[3]
    • Un ejemplo moderno: después del trabajo, uno de los compañeros de trabajo de la oficina de Sandeep le dice que recibirá una llamada de su novia, a quien Sandeep ha conocido. Le pide a Sandeep que le diga que los dos fueron al bar de la localidad a beber anoche y se quedaron ahí hasta que se cerró. Sandeep, quien estuvo en casa con su familia, se disculpa y se rehúsa cortésmente. Su compañero se frustra, pero Sandeep no se rinde. Él no mentirá intencionalmente, en especial no para ayudar a alguien a salirse con la suya por un tema inmoral.Imagen titulada Be a Samurai Step 6
  • 6
    Practica el meiyo (el honor). Un samurái valoraba su honor por encima de casi todo, incluso algunas veces por encima de su vida. Los samuráis se esforzaban para que se les admirara y se les elogiara por su fortaleza, competencia y virtud. Normalmente, ser deshonrado no podía suceder ya que cuando se les ponía en una posición en la que se enfrentaban con un fracaso mayor (como perder su daimyo en una batalla importante), no era poco común que cometieran suicidio al hacer un seppuku (un ritual de destripamiento) para preservar su honor.[4] A pesar de que las prácticas como seppuku son muy extremas para el mundo moderno, las personas que quieran vivir como un samurái deben ser cuidadosas de la manera en que viven su vida afecta su honor y su reputación.
    • Un ejemplo moderno: cuando Isabella llega a casa de clases un día, encuentra una invitación a una fiesta de disfraces en una hermandad prestigiosa en la que ha tratado de hacer amigas. A pesar de que al principio se sintió encantada, sus esperanzas se estrellan cuando ve que las organizadoras de la fiesta han escogido una temática racista. A pesar de que se muere por participar en la comunidad griega de la universidad, decide faltar a la fiesta e ir a otra en una hermandad menos prestigiosa. Ella no querría que su reputación se manchara al asociarse con una situación sucia.Imagen titulada Be a Samurai Step 7
  • 7
    Practica el chugi (la lealtad). Los samuráis no eran nada más que personas fieles a sus señores, sus clanes y sus temas. Se esperaba que un samurái siguiera las órdenes de su daimyo con obediencia absoluta. Los samuráis incluso firmaban contratos de sangre con su daimyo, en los que juraban lealtad a todo el linaje de su señor.[5] Si bien es cierto que este tipo de lealtad extrema está fuera de lugar en la era moderna, sigue siendo posible practicar el chuugi al ceñirse a las personas en tu vida que te dan honor en los momentos de dificultad, como tus amigos, tus familiares y las personas que depende de ti.
    • Un ejemplo moderno: Tim y su hijo siempre han tenido una relación difícil. Cuando Tim trata de ayudar a su hijo a tomar las decisiones correctas en su vida, los dos siempre han terminado en una discusión alterada. Ahora, su hijo se casará con una mujer que a Tim no le agrada. A pesar de sus reservas extremas, Tim decide estar al lado de su hijo en su boda ya que es su hijo y lo amará sin importar lo que pase.

  • Consejos

    • ¡Recuerda que no tienes que ser un chico para ser un samuráis! A pesar de que históricamente casi todos los samuráis fueron hombres, existieron algunas mujeres guerreras, llamadas onna musha, en la historia y en la literatura tradicional japonesa, como en Heike Monogatari.[15][16]
    • El honor es el primer paso en el camino a ser un buen samurái. Siempre piensa acerca de cómo tus acciones harán que las personas te vean y esfuérzate al máximo para nunca actuar de alguna manera que te haga verte como una persona endeble, mezquina, cobarde o mala.
    • Trata de hacer una investigación independiente con libros, artículos y páginas web a tu disposición si te gustaría aprender más acerca del estilo de vida de los samuráis. El libro Bushido: El camino del samurái, del esccritor Tsunetomo Yamamoto, está disponible en versión impresa y electrónica por un precio asequible.[17]

    Advertencias

    • A pesar de que los samuráis son guerreros, no pelean a menos que absolutamente no tuvieran otra opción. Los samuráis verdaderos no utilizan su poder a la ligera.

    Referencias

    1. http://www.meijishowa.com/calendar/4274/08-05-1876-japan-abolishes-samurai-system
    2. http://www.theartofcalligraphy.com/seven-virtues-of-bushido
    3. https://sites.google.com/site/projectsamurai1010/the-code-of-the-samurai

    martes, 27 de noviembre de 2018

    martes, 11 de septiembre de 2018

    martes, 28 de agosto de 2018

    LAS VIRTUDES DEL BUSHIDO


    La siete leyes del bushidō, el código de honor samurái


    Gi, Yu, Jin, Rei. Makoto, Meiyo y Chuugi son las leyes que todo samurái debe cumplir. El bushidō o camino del guerrero es una serie de enseñanzas que se inculcan durante al menos los últimos mil años entre la clase dirigente japonesa.
    Desde hace varios siglos, las siete claves que lo componen se han convertido en el código de ética de los samuráis.
    Si un samurái rompía de forma afrentosa alguna de las siguientes leyes de vida, podía recobrar su honor practicando el seppuku (suicidio ritual). A continuación, las siete claves del código de ética samurái.

    Gi – Justicia – decisiones correctas

    Sé honrado en tus tratos con todo el mundo. Cree en la justicia, pero no en la que emana de los demás, sino en la tuya propia. Para un auténtico samurái no existen las tonalidades de gris en lo que se refiere a honradez y justicia. Sólo existe lo correcto y lo incorrecto.

    Yu- Coraje

    Álzate sobre las masas de gente que temen actuar. Ocultarse como una tortuga en su caparazón no es vivir. Un samurái debe tener valor heroico. Es absolutamente arriesgado. Es peligroso. Es vivir la vida de forma plena, completa, maravillosa. El coraje heroico no es ciego. Es inteligente y fuerte. Reemplaza el miedo por el respeto y la precaución.

    Jin – Benevolencia

    Mediante el entrenamiento intenso el samurái se convierte en rápido y fuerte. No es como el resto de los hombres. Desarrolla un poder que debe ser usado en bien de todos. Tiene compasión. Ayuda a sus compañeros en cualquier oportunidad. Si la oportunidad no surge, se sale de su camino para encontrarla.

    Rei – Respeto, Cortesía

    Los samurái no tienen motivos para ser crueles. No necesitan demostrar su fuerza. Un samurái es cortés incluso con sus enemigos. Sin esta muestra directa de respeto no somos mejores que los animales. Un samurái recibe respeto no solo por su fiereza en la batalla, sino también por su manera de tratar a los demás. La auténtica fuerza interior del samurái se vuelve evidente en tiempos de apuros.

    Makoto – Honestidad, Sinceridad absoluta

    Cuando un samurái dice que hará algo, es como si ya estuviera hecho. Nada en esta tierra lo detendrá en la realización de lo que ha dicho que hará. No ha de “dar su palabra”, no ha de “prometer”, el simple hecho de hablar ha puesto en movimiento el acto de hacer. Hablar y hacer son la misma acción.

    Meiyo – Honor

    Es la virtud más importante de todas. El auténtico samurái sólo tiene un juez de su propio honor, y es él mismo. Las decisiones que toma y cómo las lleva a cabo son un reflejo de quién es en realidad. No puede ocultarse de sí. En caso de quedar mancillado, la única forma de restaurarlo es mediante el Seppuku o suicidio ritual.

    Chuugi – Lealtad

    Haber hecho o dicho “algo”, significa que ese “algo” le pertenece. Es responsable de ello y de todas las consecuencias que le sigan. Un samurái es intensamente leal a aquellos bajo su cuidado. Para aquellos de los que es responsable, permanece fieramente fiel. Para el guerrero, las palabras de un hombre son como sus huellas: puedes seguirlas donde quiera que él vaya.

    LOS CUATRO VOTOS DEL SAMURAI

    Los 4 votos del Bushido y la “inquietud ontológica” del guerrero




    Un samurai debe evitar siempre el quejarse, incluso en la vida corriente.
    Debe mantenerse en guardia para no dejar escapar jamás
    una palabra que exprese debilidad.
    Tsunetomo Yamamoto
    (Samurai - 1659 - 1719)





    “Bushido” significa, literalmente “el camino del guerrero”.

    Sus claves se resumen a entender cabalmente y practicar los alcances de los 4 votos:


    1. No te rezagues nunca en la práctica del bushido.
     
    2. Sé siempre leal y devoto en el servicio a tu Amo.
     
    3. Cumple tus obligaciones para con tus padres.
     
    4. Despierta tu compasión hacia todos los seres para poder consagrarte al servicio de los demás.


    La clase Samurai estaba constituída por los mejores hombres, de allí que pueda aplicarse claramente y con justicia a ellos la expresión “aristócracia guerrera” (estamos utilizando aquí la palabra “aristocracia” desde su raíz griega: el calificativo “aristoi” aludía a los “los más buenos” en el sentido de “los mejores”).

    Eran hombres de guerra, honestos, confiables, amables, con un profundo sentido de la cortesía y la amabilidad, honrados, cuya simple mención era considerada como equivalente del honor y el compromiso. Grandes cultores de la noble amistad y sapientes de todos los rostros que debe enfrentar quien se entregue al heroísmo, estos guerreros eran capaces de enfrentar los mayores peligros plantados en un radical orgullo de sí mismos y de sus habilidades como poderosos combatientes. También se destacaban por su destreza como jinetes y eran famosos asimismo por sus habilidades en el uso del arco y flecha.

    El códice Samurai es considerado como el conjunto de valores y principios a los cuales debe apegarse la conducta del caballero que guerrea. Cuál ha de ser la obra final a que debía aspira un guerrero de esta noble clase japonesa? Pues esa obra había de ser, ni más ni menos, que llegar a la creación de una identidad. La culminación de esa obra que era la vida misma del guerrero, era la adquisición de un sí mismo cuyo nombre de clase era más poderoso que la pálida individuación que representaba un nombre y apellido. Se trata de llegar a crearse y ser “Samurai”.

    Si seguimos en esta línea a Michel Foucault: “El individuo circunscribe la parte de sí mismo que constituye el objeto de esta práctica moral; define su posición en relación con el presente que sigue, se fija cierto modo de ser que valdría como realización moral de sí mismo y para hacerlo así obra sobre sí mismo, se empeña en conocerse, se controla, se experimenta, se perfecciona, se transforma". (“Usage des plaisirs”, p. 35).


    Volverse guerrero, ser samurai, tal podría ser el resumen del supremo mandato al que se adherían estos feroces seguidores del Bushido.

    sábado, 7 de abril de 2018

    LOS VALORES DEL SAMURÁI

    El camino más largo es el camino más corto” Daidoji Yuzan
    Hace ya cierto tiempo, cuando tuve el placer de ver por primera vez el clásico Los siete samuráis de Akira Kurosawa, hubo una escena que me dejó especialmente pensativo, qué coño, fue toda una revelación. Tras la discusión entre los campesinos sobre qué hacer ante la amenaza de los bandidos, acuden al anciano de la aldea en busca de consejo y este les dice que deben contratar samuráis para defenderse. Entonces, un campesino advierte con temor: “nuestras muchachas se vuelven locas por los samuráis…”. Y efectivamente más adelante vemos cómo su hija acaba dejando que le mancillen la honra repetidas veces. La conclusión apareció entonces deslumbrante ante mis ojos: si adoptaba las maneras de un samurái conseguiría seducir a alguna incauta. Dado que en Bilbao no había ningún otro, el éxito sería aún mayor.
    Solo me faltaba conocer sus costumbres, sus valores y sus hazañas. Así que me enfrasqué en la lectura de grandes maestros como Daidoji Yuzan, Inazo Nitobe, Musashi Mjiyamoto o Hakuin Ekaku entre otros, aun a riesgo que del poco dormir y mucho leer se me secase el celebro¹ de manera que viniera a perder el juicio. Lo que sigue a continuación es lo que saqué en claro.
    Los samuráis fueron una casta de guerreros profesionales al servicio de un señor feudal, de hecho  esa palabra significaba originalmente “asistente” —aunque algunos no tenían amo y eran conocidos como ronin— que perduró generación tras generación desde aproximadamente el siglo VIII hasta el XIX. El código de conducta por el que se guiaban se llamaba bushido (bu-shi-do: guerrero-caballero-camino) y tenía elementos de confucianismo, budismo y sintoismo. Como eran guerreros que tenían que cultivar tanto el cuerpo como la mente, a menudo además de ir por ahí cortando cabezas escribían poemas breves (haikus) o tratados más extensos: sobre estrategia militar, buen gobierno o en general el sentido de la vida y los deberes éticos que un samurái debía tener. El bushido no era por tanto un libro canónico o una tabla de mandamientos, sino un disperso conjunto de recomendaciones que los propios samuráis iban elaborando y transmitiendo con el paso de los siglos.
    SSus antecedentes los encontramos en los monjes Shaolin de China, quienes aprendieron de un maestro budista procedente de la India, Bodhidharma, quien les enseñó meditación y gimnasia con tal acierto que, dice Nitobe, “los monjes que practicaron estos ejercicios se hicieron fuertes y lograron una gran capacidad de concentración y así pudieron aguantar sin dormirse durante las charlas de  Bodhidharma sobre budismo”. Lo cual sugiere que como orador no debía ser demasiado divertido. Posteriormente, esas enseñanzas fueron adaptadas y ampliadas dando el salto a Japón, cuyas interminables guerras feudales serían el caldo de cultivo del samurái.
                                                                                                                                                                                                                         Autoretrato de Hakuin Ekaku


            Uno de ellos fue Hakuin Ekaku (1686-1769), heredero de un linaje de guerreros que se  convirtió desde muy joven en un monje zen para poder dedicarse a desentrañar koans. Los koans son paradojas irracionales en las que pensar durante largo tiempo ya que encierran el dilema de la vida. Hay cientos de ellos, como por ejemplo “imaginar el palmoteo de una mano”, “¿Quién lleva su propio cadáver?” o “sentir anhelo por la madre antes de ser uno concebido”. Pues bien, tan intensamente se dedicó a estas cavilaciones que con 20 años sufrió una grave crisis mental. Afortunadamente logró sanarse gracias a los consejos de un ermitaño y pudo dejarnos escritas grandes reflexiones. En primer lugar, nos dice, lo que toda persona debe aprender —y más aún si es un samurái— es el desapego hacia la vida, la valentía. Alguien que se asusta hasta del “ruido de una rata defecando”, señala, se alejará del camino de la iluminación y también de la verdad mundana. Concretamente, explica:
    Si siempre tienes la esfera del ombligo, el océano de energía, el campo del elixir y el espacio entre la cintura y las piernas lleno de energía mental, y si no permites que mengüe un solo instante, aunque estés ocupado con tu trabajo o recibiendo a invitados, entonces la energía básica te llenará de manera natural el campo de elixir, y tendrás el bajo abdomen un poco redondeado, como una pelota a medio hinchar”.
    Llegados a este punto, habrá lectores que dirán “bien, ¿y esto qué cojones significa?”. Una pista para comprenderlo es que el bajo abdomen es para la cultura japonesa el lugar que alberga los sentimientos. Aunque a lo mejor simplemente es que Hakuin nunca llegó a recuperarse del todo de esa crisis mental. Lo dejo a la interpretación de cada uno, como si fuera un koan.
    Pero el autor que configuró con más nitidez el bushido sin duda fue Musashi Mjiyamoto (1587-1645) en El libro de los cinco anillos.  De él se dice que mató a su primer hombre a los 13 años y que nunca se peinó, tomó un baño, se casó, construyó una casa ni crió ningún hijo. Participó en más de 60 duelos y nunca perdió hasta que a los 29 años se retiró a una cueva, donde continuó perfeccionando su estilo durante las tres décadas siguientes y dejó escritos sus pensamientos. Sus principios fundamentales eran estos:
    1. Gi: honradez y justicia en la acción.
    2. Yu: valor heroico y bravura en la acción.
    3. Jin: compasión o amor universal.
    4. Rei: cortesía.
    5. Melyo: honor.
    6. Makoto: sinceridad absoluta.
    7. Chugi: deber y lealtad.

    sábado, 24 de febrero de 2018

    LAS SIETE VIRITUDES DEL BUSHIDO

    El bushido y las 7 virtudes del guerrero

    1. Gi (justicia)

    Sé honrado en tus tratos con todo el mundo. Cree en la justicia, pero no en la que emana de los demás, sino en la tuya propia. Para un auténtico samurái no existen las tonalidades de gris en lo que se refiere a honradez y justicia. Sólo existe lo correcto y lo incorrecto.

    2. Rei (respeto, cortesía)

    Los samuráis no tienen motivos para ser crueles. No necesitan demostrar su fuerza. Un samurái es cortés incluso con sus enemigos. Sin esta muestra directa de respeto no somos mejores que los animales. Un samurái recibe respeto no sólo por su fiereza en la batalla, sino también por su manera de tratar a los demás. La auténtica fuerza interior del samurái se vuelve evidente en tiempos de apuros.

    3. Yu (coraje)

    Álzate sobre las masas de gente que temen actuar. Ocultarse como una tortuga en su caparazón no es vivir. Un samurái debe tener valor heroico. Es absolutamente arriesgado. Es peligroso. Es vivir la vida de forma plena, completa, maravillosa. El coraje heroico no es ciego. Es inteligente y fuerte. Reemplaza el miedo por el respeto y la precaución.

    Bushido: las 7 virtudes del guerrero (infografía)

    4. Meiyo (honor)

    El auténtico samurái solo tiene un juez de su propio honor, y es él mismo. Las decisiones que tomas y cómo las llevas a cabo son un reflejo de quien eres en realidad. No puedes ocultarte de ti mismo.

    5. Jin (benevolencia)

    Mediante el entrenamiento intenso el samurái se convierte en rápido y fuerte. No es como el resto de los hombres. Desarrolla un poder que debe ser usado en bien de todos. Tiene compasión. Ayuda a sus compañeros en cualquier oportunidad. Si la oportunidad no surge, se sale de su camino para encontrarla.

    6. Makoto (honestidad)

    Cuando un samurái dice que hará algo, es como si ya estuviera hecho. Nada en esta tierra lo detendrá en la realización de lo que ha dicho que hará. No ha de “dar su palabra.” No ha de “prometer.” El simple hecho de hablar ha puesto en movimiento el acto de hacer. Hablar y hacer son la misma acción.

    7. Chuugi (lealtad)

    Para el samurái, haber hecho o dicho “algo”, significa que ese “algo” le pertenece. Es responsable de ello y de todas las consecuencias que le sigan. Un samurái es intensamente leal a aquellos bajo su cuidado. Para aquellos de los que es responsable, permanece fieramente fiel.
    Las palabras de un hombre son como sus huellas; puedes seguirlas donde quiera que él vaya. Cuidado con el camino que sigues.

    martes, 20 de febrero de 2018

    FRASES SAMURAI QUE TE HARÁN MEJORAR

    Frases de Miyamoto Musashi

    Uno de los más grandes samuráis de toda la historia que vivió durante el Japón feudal. Sus combates se contaban por victoria y su habilidad era tal superior a la de sus rivales que en muchas ocasiones utilizaba dos espadas de madera (bokken y kodachi) porque no necesitaba un filo para derrotar a sus contrincantes.
    Al final de su carrera escribe uno de los libros más famosos de toda la historia de Japón, y de la historia de los samuráis, el libro de los cinco anillos (Go Rin No Sho), en el  que compila todos sus conocimientos.
    • Es absolutamente imposible escribir esta ciencia con la precisión con la que la entiendo en mi corazón. Sin embargo, aunque las palabras sean insuficientes, los principios deben ser evidentes por sí mismos.
    • Debes entender que hay más de un camino a la cima de la montaña
    • Si el enemigo piensa en la montaña, imponle el mar; y si él piensa en el mar, imponle la montaña. Éste es el Camino de la estrategia. Esto es propio para que lo investigues cuidadosamente
    • La única razón por la que un guerrero está vivo es para luchar, y la única razón por la que lucha es para ganar.
    • Puedes abandonar tu propio cuerpo, pero nunca abandones tu honor
    • Conoce a tu enemigo, conoce su espada.
    • La observación y la percepción son dos cosas separadas; el ojo que observa es más fuerte, el ojo que percibe es más débil.
    • Cuando miro a la sociedad, veo que la gente convierte las artes en ganancias comerciales; se considera a sí misma como mercancía e incluso lleva a cabo mejoras como si fuera un objeto de comercio. Distinguiendo lo superficial y lo sustancial, encuentro que esa actitud tiene menos realidad que la decoración»
    • Que el maestro se vuelva aguja y el discípulo hilo y que los dos entrenen sin descanso
    • Piensa a la ligera de ti mismo, y con profundidad del mundo
    • No hagas nada que no sea útil
    • Si quieres controlar a los demás, primero deberás controlarte a ti mismo.
    • Para conocer una cosa bien, debes conocer al menos otras cien cosas.
    • Solo puedes luchar de la forma en la que prácticas.
    • La victoria de hoy es sobre tu yo de ayer, la de mañana será sobre un hombre inferior.
    • No te arrepientas de lo que has hecho.
    • Todos los hombres son iguales excepto por su creencia en sí mismos, independientemente de lo que otros puedan pensar de ellos.

    Frases de Yamamoto Tsunetomo

    Si bien Yamamoto no fue un samurái tan celebre como Musashi, sus obras escritas sí que pueden estar a la par de importancia. Es el autor del libro del Hagakure que posteriormente sería la base del Bushido, el camino del guerrero y el código ético de los samuráis.
    Las vidas de los samuráis debían estar regidas estrictamente por el honor y la lealtad llegando a la muerte por encima de su vida.
    • El Samurái debe obrar sin dudar, sin confesar el más mínimo cansancio ni el más mínimo desánimo hasta concluir su tarea.
    • Es por esto que un samurái debe conocer sus debilidades y pasar la vida corrigiéndolas sin jamás tener el sentimiento de haber hecho ya lo suficiente.
    • Hay pocos problemas realmente importantes, sólo se presentan dos o tres en toda una existencia.
    • Ata incluso a un pollo ya asado
    • Continua espoleando a un caballo que ya está corriendo
    • Un samurái valiente no piensa en términos de victoria o derrota, combate siempre hasta la muerte.
    • Si uno no se mete dentro de su cabeza desde el principio que el mundo está lleno de situaciones deshonrosas, la mayor del tiempo su actitud será pobre y no será considerado por los demás.
    • Es necesario saber concentrarse en una sola cosa, todos los oficios deben ser realizados con concentración.
    • Si uno lanza sin vigor, siete de cada diez acciones no llegan a término.
    • Hacer una cosa sólo en el propio beneficio es superficial y se vuelve negativo.
    • Un samurái no debe ni beber demasiado ni estar demasiado seguro de sí mismo, ni darse a la lujuria.
    • En cuanto se empieza a palpar el triunfo, se vuelven proclives a estar satisfechos de sí mismos.
    • Es bueno encontrarse con dificultades en la juventud, porque el que no ha sufrido jamás, no ha templado plenamente su carácter.
    • La mejor actitud respecto a las palabras es no usarlas.
    • Valentía es no rendirse jamás; luchar hasta el final.
    • Para seguir la vía uno debe sacrificar su propia vida.
    • La riqueza del tiempo de paz es permitir la preparación para tiempos de guerra.
    • El bushido se realiza en presencia de la muerte. Esto significa que cada vez que haya que elegir entre vida o muerte, se debe elegir la muerte. No hay otro razonamiento.
    • El pensamiento único es el más potente.
    • Respecto, honestidad, valentía, rectitud, lealtad, honor, benevolencia.
    • Si mediante un corazón recto, cada mañana y tarde uno es capaz de vivir como si su cuerpo estuviera muerto, es que ha ganado la libertad en el camino.
    • La pureza es algo que no puede ser alcanzado excepto apilando esfuerzo tras esfuerzo

    Frases del Bushido

    El camino del guerrero, o Bushido, un código ético y conducta del japón feudal donde se encontraba el modelo de comportamiento que debía de seguir, especialmente todo samurái: la rectitud, el coraje, la benevolencia, la cortesía, la sinceridad, el honor, la lealtad y el autocontrol.
    Inazo Nitobe fue uno de los mayores valedores y nombres relacionados al Bushido, del que dan origen citas como las siguientes:
    • Bu-shi-do significa literalmente “militar-caballero-camino”: el camino que los nobles guerreros debían de seguir en su vida cotidiana, así como en el ejercicio de su vocación; en una palabra, los “preceptos del caballero”.
    • Samuráis que significa literalmente, como en el inglés antiguo cniht (knight en el moderno), “guardas” o “vigilantes”.
    • Nada es más repugnante para él que los tratos arteros y las acciones deshonestas.
    • La rectitud es el poder de decidir respecto a un determinado tipo de conducta, conforme a la razón, sin titubeos; morir cuando es correcto morir, atacar cuando hay que atacar.
    • Percibir lo correcto y no hacerlo demuestra falta de coraje. – Confuncio
    • El aspecto espiritual del valor se evidencia mediante la compostura, la serena presencia de ánimo. La tranquilidad es el coraje en reposo.
    • La benevolencia se consideraba una virtud soberana en un doble sentido: soberana entre los múltiples atributos de un espíritu nombre y soberana por ser particularmente adecuada para la función de un soberano.
    • La cortesía se convierte en una virtud mediocre si sólo la impulsa el miedo a ofender al buen gusto; ha de ser una manifestación externa del respeto hacia los sentimientos de los demás.
    • Sin veracidad y sinceridad, la cortesía es tan sólo farsa y apariencia.
    • La sinceridad es el principio y el fin de todas las cosas; sin sinceridad no habría nada. – Confuncio
    • Cualquier infracción contra la integridad del buen nombre (honor, la reputación propia, “la parte inmortal de uno mismo, del que el resto es parte animal”), se sentia como una vergüenza, y en el sentido de la venganza (Ren-chi-shin) era uno de los que se fomentaba a edad más temprana.
    • Dentro de la moralidad, el homenaje y la lealtad a un superior, constituyen un rasgo distintivo.
    • La palabra chi que se empleaba para denotar “intelectualidad”, se refería más bien a “sabiduria” en primera instancia, otorgando al “conocimiento” el segundo nivel.
    • El armazón del Bushido era Chi, Jin Yu, respectivamente: sabiduría, benevolencia y coraje.
    • La disciplina de la fortaleza, que por un lado inculca la resistencia sin queja, y por otro enseña la cortesia, exigiéndonos no estropear el placer o la serenidad de otros mediante la expresión de nuestra propia tristeza o dolor.
    • El hara-kiri (o seppuku) era un proceso en el cual los guerreros podían expiar sus crímenes, excusas sus errores, escapar de la deshonra, redimir a sus amigos, o probar su sinceridad.
    • Para el Bushido, la espada era el emblema de poder y valor.
    • Lo que lleva en su cinturón es un símbolo de lo que lleva en su mente y en su corazón: la lealtad y el honor. Las dos espadas, la más larga y la más corta, llamadas respecticamente daito y shoto katana wakizashi, nunca se separan de él.
    • El ideograma chino que significa “lo misterioso”, “lo desconocido”, se compone de dos partes, una significa “joven”, y la otra “mujer”.
    • El ideal del Bushido de la femineidad era fundamentalmente doméstico.
    • La entrega de la mujer por el bien del marido, el hogar y la familia era tan voluntaria y honorable como la entrega del hombre por el bien de su señor y su país.
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    •  
    • 27 frases del Camino del Samurai que te enriquecerán: 1. “Al dar consejo, debéis discernir primero si la otra persona está dispuesta a aceptarlo o no”.
      2. “Los espectadores ven más que los jugadores”.
      3. “Escuchar a otros hablar y leer libros es necesario para mantenerse cercano a las enseñanzas de la generación previa”.
      4. “Si os adentráis en el camino inexplorado, al final aparecerán infinitos secretos”.
      5. “No sé nada acerca de cómo superar a otros. Sólo conozco el modo de superarme a mí mismo”.
      6. “Aquellos que nunca han cometido un error están en peligro”.
      7. “Si vuestro ojo es lo suficientemente capaz de ver buenas cualidades en otros que aparentemente son inferiores a vosotros, entonces ellos pueden ser vuestros maestros”.
      8. En una fiesta: “Hay demasiados ojos presentes en la fiesta. Debéis ser cautos”.
      9. En relación a las distracciones: “no podréis desarrollar la mayoría de las habilidades y destrezas adquiridas”
      10. “En caso de enfermedad u otros problemas vuestro aparente amigo se mantiene apartado de vosotros. Entonces puede considerarse un cobarde”.
      11. “Los samurais calculadores…piensan en la muerte como una pérdida y en la vida como una ganancia…es por ello que se convierten en cobardes”.
      12. “Es necesario enfrentarse a los problemas con coraje y júbilo…si la marea sube, el barco sube también”.
      13. “Decidíos mientras respiráis siete veces”.
      14. “Si se piensa demasiado se llegan a conclusiones comunes y banales”.
      15. “Aquellos a los que les gusta ser de ayuda para otros, seguramente son apreciados”.
      16. “El modo de sobresalir por encima de los otros es hacer que los otros hablen de vosotros y os juzguen”.
      17. “Cuando escuchéis a otros hablar, escuchadlos seriamente…permitidles hablar libremente y sin interrupción”.
      18. “Yo conozco el don de la victoria siempre. Sólo he aprendido a no dejar pasar el momento adecuado”.
      19. “En este mundo que cambia tan rápidamente, no es necesario agarrarse ni al pesar ni al placer”.
      20. “Los hombres pequeños son muy ruidosos; causan alboroto, discuten y parlotean”.
      21. “Podéis trabajar libremente y de un modo efectivo sin ningún tipo de empujón“.
      22. “Si estáis tratando de resolver un problema del que sois un experto, cuanta mayor sea la dificultad del problema, más se agudizarán y aumentarán vuestros talentos”.
      23. “Ganar es vencer a tu propio lado. Vencerse a uno mismo es superar el cuerpo con la mente”.
      24. “Cuando estéis discutiendo es mejor que digáis: responderé más tarde después de haberlo considerado mejor“.
      25. “Con la prudencia seréis presos de dudas y tendréis muchas dificultades para tomar una decisión definitiva”.
      26. “Sólo aquellos que han cometido algunos errores pueden asimismo acometer grandes tareas”.
      27. “Es mejor que no habléis más de lo necesario. Y decid cuantas menos palabras mejor y en buen orden. Muy  menudo caéis en desgracia cuando habláis descuidadamente y, por casualidad, reveláis vuestra vergüenza”. 
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    lunes, 18 de septiembre de 2017

    CONSEJOS PARA UN SAMURAI ACTUAL

    Por eso me ha parecido que podría ser muy útil compartir contigo las frases que me hicieron reflexionar sobre problemas cotidianos y compartirlos contigo, así que ahí van 27 frases del Camino del Samurai que te enriquecerán:

    1. “Al dar consejo, debéis discernir primero si la otra persona está dispuesta a aceptarlo o no”.

    2. “Los espectadores ven más que los jugadores”.

    3. “Escuchar a otros hablar y leer libros es necesario para mantenerse cercano a las enseñanzas de la generación previa”.

    4. “Si os adentráis en el camino inexplorado, al final aparecerán infinitos secretos”.

    5. “No sé nada acerca de cómo superar a otros. Sólo conozco el modo de superarme a mí mismo”.

    6. “Aquellos que nunca han cometido un error están en peligro”.

    7. “Si vuestro ojo es lo suficientemente capaz de ver buenas cualidades en otros que aparentemente son inferiores a vosotros, entonces ellos pueden ser vuestros maestros”.

    8. En una fiesta: “Hay demasiados ojos presentes en la fiesta. Debéis ser cautos”.

    9. En relación a las distracciones: “no podréis desarrollar la mayoría de las habilidades y destrezas adquiridas”

    10. “En caso de enfermedad u otros problemas vuestro aparente amigo se mantiene apartado de vosotros. Entonces puede considerarse un cobarde”.

    11. “Los samurais calculadores…piensan en la muerte como una pérdida y en la vida como una ganancia…es por ello que se convierten en cobardes”.

    12. “Es necesario enfrentarse a los problemas con coraje y júbilo…si la marea sube, el barco sube también”.

    13. “Decidíos mientras respiráis siete veces”.

    14. “Si se piensa demasiado se llegan a conclusiones comunes y banales”.

    15. “Aquellos a los que les gusta ser de ayuda para otros, seguramente son apreciados”.

    16. “El modo de sobresalir por encima de los otros es hacer que los otros hablen de vosotros y os juzguen”.

    17. “Cuando escuchéis a otros hablar, escuchadlos seriamente…permitidles hablar libremente y sin interrupción”.

    18. “Yo conozco el don de la victoria siempre. Sólo he aprendido a no dejar pasar el momento adecuado”.

    19. “En este mundo que cambia tan rápidamente, no es necesario agarrarse ni al pesar ni al placer”.

    20. “Los hombres pequeños son muy ruidosos; causan alboroto, discuten y parlotean”.

    21. “Podéis trabajar libremente y de un modo efectivo sin ningún tipo de empujón“.

    22. “Si estáis tratando de resolver un problema del que sois un experto, cuanta mayor sea la dificultad del problema, más se agudizarán y aumentarán vuestros talentos”.

    23. “Ganar es vencer a tu propio lado. Vencerse a uno mismo es superar el cuerpo con la mente”.

    24. “Cuando estéis discutiendo es mejor que digáis: responderé más tarde después de haberlo considerado mejor“.

    25. “Con la prudencia seréis presos de dudas y tendréis muchas dificultades para tomar una decisión definitiva”.

    26. “Sólo aquellos que han cometido algunos errores pueden asimismo acometer grandes tareas”.

    27. “Es mejor que no habléis más de lo necesario. Y decid cuantas menos palabras mejor y en buen orden. Muy  menudo caéis en desgracia cuando habláis descuidadamente y, por casualidad, reveláis vuestra vergüenza”.
     Juan Jódar 

    Nobuo Koromoto

    CÓMO SER UN SAMURAI



    Los samuráis poderosos fueron muy mortales con sus katanas, su arco o su naginata (hacha), además de que fueron muy disciplinados y muy entregados a su causa. Si bien es cierto que la clase de los guerreros samuráis se disgregó desde 1870, sigue siendo posible ver algunas resonancias del sentido del deber de estos guerreros y de su código bushido en Japón (además de en otros lugares).[1] Ser como un samurái en la época moderna no es fácil, pero puedes comenzar a vivir según las virtudes de los samuráis y desarrollar tus talentos para utilizarlos para bien con ayuda de la disciplina y de un buen sentido del deber.

    Vivir como un samurái


    1

    Practica el gi (la integridad). Tradicionalmente, los samuráis vivieron según el código moral y ético conocido como bushido. Si bien es cierto que los samuráis han desaparecido, las virtudes centrales del código bushido siguen describiendo una vida honorable y moral que se puede seguir perfectamente en la actualidad. La primera de estas virtudes es la integridad.[2] Un samurái siempre se esfuerza por hacer lo correcto, incluso (y en especial) cuando es difícil. Un samurái escoge el camino que es mejor para un bien mayor cuando se le presenta decisiones difíciles, incluso si no es lo mejor para sí mismo.

    • Un ejemplo moderno: Kate por casualidad comete un error cuando postula para la universidad en línea. En lugar de brindar su correcta calificación promedio de la preparatoria de 3.5, escribe 3.9. Kate luego nota su error, pero solo después de que envió la solicitud. A pesar de que el error la hace ver como una mejor candidata, y está muy segura de que nadie lo notará, envía un correo electrónico al Departamento de Admisiones para comunicar su error para asegurarse de que se le juzgue justamente para preservar su honor.

    2

    Practica el yuuki (el coraje). Los samuráis no huyen de hacer actos difíciles (incluso si son imposibles). Se presentan con un rostro fuerte y se esfuerzan para desempeñar su deber incluso si se enfrentan a unas circunstancias intensas y a unas probabilidades poco probables. Ten en cuenta que esto no quiere decir que un samurái nunca tiene miedo. Todas las personas se asustan. En lugar de ello, un samurái sigue esforzándose para completar la labor que tiene que hacer.

    • Un ejemplo moderno: Joe tiene miedo de volver al campo de fútbol después del medio tiempo. Su equipo está perdiendo, los jugadores del otro equipo lo insultan después de cada juego y él sabe que su entrenador lo avergonzará en los casilleros por las intercepciones que ha lanzado en el primer cuarto de tiempo. Después de un corto momento de reflexión, él regresa al campo con la cabeza erguida. En su mente, su objetivo es tener el mejor segundo tiempo a pesar de su miedo y de las probabilidades difíciles que enfrenta.

    3

    Practica el jin (la amabilidad o la benevolencia). Si bien es cierto que los samuráis se recuerdan en la actualidad principalmente por su fiereza en el campo de batalla, en sus vidas diarias, fueron de todo menos crueles. El samurái ideal era un acompañante cálido con sus amigos (aunque siempre fue digno), sus familiares y los desconocidos; trataba a las personas que conocía con amor y compasión. En la actualidad, puedes seguir la virtud del jin al esforzarte al máximo para vivir una vida llena de amabilidad humana, incluso cuando te topas con personas que no se lo merezcan en especial.

    • Un ejemplo moderno: el nuevo estudiante en la escuela es una persona rara, no habla con nadie, no parece tener una buena higiene y actúa nerviosamente cuando tiene que hablar en frente de las personas. Shawn lo ve sentándose solo en una esquina de la cafetería y decide sentarse a su lado y esforzarse para entablar una conversación. Ya sea que el nuevo estudiante resulte ser el tipo de persona que simplemente es tímida o una persona que es tan extraña como todas las personas han dicho que es, sigue mereciéndose la misma compasión que Shawn le daría a cualquiera de sus amigos.

    4

    Practica el rei (la cortesía y la etiqueta). Lo creas o no, los samuráis se esforzaban por ser unos caballeros perfectos en sus interacciones diarias y se esforzaban para ser mortales en el campo de batalla. Esta virtud difiere del jin (la amabilidad) en el hecho de que describe un conjunto preciso de costumbres y comportamientos sociales que constituían la cortesía en Japón en ese tiempo. Si bien es cierto que puede ser poco práctico participar en las ceremonias de té del periodo feudal de Japón, puedes practicar el rei al actuar según las nociones modernas de la cortesía y la etiqueta de los caballeros y las damas.

    • Un ejemplo moderno: por alguna razón, al cajero en la tienda de comestibles no le agrada Kim. Siempre que pasa por la caja, él frunce el ceño y no dice nada más que "¿Quieres algo más?". Kim no está segura si al cajero no le agrada la manera en que se ve, ya sea que dijo un comentario con el que no concordó en el pasado o si el problema se trata de otro tema totalmente diferente. A pesar de esto, ella decide saludarlo con una sonrisa y con una conversación cortés todos los días. Quizás algún día, él aprenderá a actuar de la misma forma.

    5

    Practica el makoto (la honestidad). Un samurái debía ser honesto en sus palabras y en sus acciones. El código bushido dictaba que siempre se debía decir la verdad, no se debía mentir intencionalmente y nunca se debía actuar intencionalmente de una manera para hacer trampa o engañar a una persona. Actuar de esta forma era demostrar respeto por las leyes de la naturaleza del universo y del cosmos, y nunca actuar de manera deshonesta. Por ello, el samurái debía actuar de esta forma.[3]

    • Un ejemplo moderno: después del trabajo, uno de los compañeros de trabajo de la oficina de Sandeep le dice que recibirá una llamada de su novia, a quien Sandeep ha conocido. Le pide a Sandeep que le diga que los dos fueron al bar de la localidad a beber anoche y se quedaron ahí hasta que se cerró. Sandeep, quien estuvo en casa con su familia, se disculpa y se rehúsa cortésmente. Su compañero se frustra, pero Sandeep no se rinde. Él no mentirá intencionalmente, en especial no para ayudar a alguien a salirse con la suya por un tema inmoral.

    6

    Practica el meiyo (el honor). Un samurái valoraba su honor por encima de casi todo, incluso algunas veces por encima de su vida. Los samuráis se esforzaban para que se les admirara y se les elogiara por su fortaleza, competencia y virtud. Normalmente, ser deshonrado no podía suceder ya que cuando se les ponía en una posición en la que se enfrentaban con un fracaso mayor (como perder su daimyo en una batalla importante), no era poco común que cometieran suicidio al hacer un seppuku (un ritual de destripamiento) para preservar su honor.[4] A pesar de que las prácticas como seppuku son muy extremas para el mundo moderno, las personas que quieran vivir como un samurái deben ser cuidadosas de la manera en que viven su vida afecta su honor y su reputación.

    • Un ejemplo moderno: cuando Isabella llega a casa de clases un día, encuentra una invitación a una fiesta de disfraces en una hermandad prestigiosa en la que ha tratado de hacer amigas. A pesar de que al principio se sintió encantada, sus esperanzas se estrellan cuando ve que las organizadoras de la fiesta han escogido una temática racista. A pesar de que se muere por participar en la comunidad griega de la universidad, decide faltar a la fiesta e ir a otra en una hermandad menos prestigiosa. Ella no querría que su reputación se manchara al asociarse con una situación sucia.

    7

    Practica el chugi (la lealtad). Los samuráis no eran nada más que personas fieles a sus señores, sus clanes y sus temas. Se esperaba que un samurái siguiera las órdenes de su daimyo con obediencia absoluta. Los samuráis incluso firmaban contratos de sangre con su daimyo, en los que juraban lealtad a todo el linaje de su señor.[5] Si bien es cierto que este tipo de lealtad extrema está fuera de lugar en la era moderna, sigue siendo posible practicar el chuugi al ceñirse a las personas en tu vida que te dan honor en los momentos de dificultad, como tus amigos, tus familiares y las personas que depende de ti.

    • Un ejemplo moderno: Tim y su hijo siempre han tenido una relación difícil. Cuando Tim trata de ayudar a su hijo a tomar las decisiones correctas en su vida, los dos siempre han terminado en una discusión alterada. Ahora, su hijo se casará con una mujer que a Tim no le agrada. A pesar de sus reservas extremas, Tim decide estar al lado de su hijo en su boda ya que es su hijo y lo amará sin importar lo que pase.
    A pesar de que los samuráis son guerreros, no pelean a menos que absolutamente no tuvieran otra opción. Los samuráis verdaderos no utilizan su poder a la ligera.

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